Proyectos, Artículos y Entrevistas

El Litoral.com
Edición del Sábado 27 de enero de 2007
Edición impresa | Revista Nosotros


Cultura
De la memoria que guardan las imágenes
Historia viva.
De aquel italiano que trajo una máquina con alcurnia y el oficio de carpintero; de las vías ferroviarias que abrieron camino donde todo estaba por poblarse; de colonias que se volvieron ciudades, y de los hombres y mujeres que las habitaron. De eso se trata un proyecto cultural que procura recuperar la memoria fotográfica de la cuenca lechera.
Historias de pioneros, de inmigrantes, de hombres y mujeres de arado y hacha, de una Argentina en plena ebullición; de fundación de colonias que se convirtieron en pueblos y ciudades, y hoy integran la región económica conocida como cuenca lechera. Ésas son las historias que rastrea Marcelo Rico, fotógrafo y director del proyecto de "Conservación, preservación digital y acceso a los archivos fotográficos históricos de la cuenca lechera argentina", una iniciativa cultural de la Fundación de la Cuenca, que pretende recuperar imágenes de localidades jóvenes, de "apenas" doce o trece décadas.
En la tarea no está solo: trabaja con un equipo -al que definió como "reducido pero muy fuerte en la estrategia de trabajo y en calidad técnica"- compuesto por especialistas en manipulación de objetos para escaneo -que integran el Departamento de Digitalización-, el respaldo de personal de Sistemas de la fundación, y el asesoramiento externo de Edgardo Filloy, "un monstruo de la fotografía en la Argentina" y experto -precisamente- en conservación y preservación digital de archivos y en restauración de fotografías antiguas.

Un trabajo "de hormiga"
El objetivo del proyecto es que historiadores, escuelas, investigadores y la comunidad en general tengan acceso a un material que "no tendría sentido guardar en un cajón", de manera que los recursos electrónicos permitan acercar aquella historia a la gente a través de una página de Internet.
El rescate de la historia de la cuenca lechera nació como un proyecto personal y recibió el aval económico y técnico de la Fundación. Los principales proveedores de la materia prima que permitirá concretar el proyecto son los museos. Pero hay además "un trabajo de hormiga que consiste en contactar a personas que, de una u otra manera, fueron partícipes de aquella época": descendientes, historiadores, poseedores de un archivo particular que, sin saberlo, guardan tramos fundamentales de la época. El "boca en boca" es el trabajo más arduo, admite el fotógrafo aunque concede que es, también, el más lindo.
La Fundación tiene previsto convocar a familias que puedan aportar material, "no para que seamos sus custodios sino para hacernos cargo de su digitalización". El objetivo es mantener en el servidor un archivo original y otro de alta resolución de un total de entre 6 mil y 8 mil imágenes.
Focalizar el trabajo en la cuenca lechera implica recorrer la provincia y trasponer los límites de Santa Fe. En este caso se acotó a las localidades cordobesas de Devoto, San Francisco, Morteros, Brickman y Porteña. Ya en Santa Fe, abarca un amplio territorio que se extiende entre Aldao, Ataliva, Lehman, Eusebia, Seeber, Ramona, Moisés Ville, Monigotes, Palacios, Humberto Primo, Rafaela, San Guillermo y Humboldt además, obviamente, de Sunchales. "Hemos acotado la cuenca, que es mucho más grande, por una cuestión de tiempo y presupuesto.
Para el material que finalmente llegará a componer el proyecto se prevé la digitalización y cicatrización, es decir, la restauración de las copias sin invadir el contexto: "Se restauran puntos o pedacitos de emulsión", sin alterar las imágenes, informa el experto. Y admite que es "un trabajo lento y de precisión".

Una historia viva
¿Qué es la Fundación de la Cuenca?
-La Fundación es el resultado de un grupo de empresas que se han reunido para generar apoyo cultural y económico a emprendimientos a nivel regional y nacional. Depende de firmas de Sunchales y desde hace algo más de dos años está trabajando en forma muy silenciosa, con un perfil muy bajo pero con gran inserción en la sociedad.
La recuperación de la historia de la cuenca lechera es uno de los proyectos y surgió de una propuesta propia que fue avalada por la Fundación.
-¿Qué plazo de realización tiene el proyecto?
-Está acotado a 30 meses a partir de enero de 2006. Sin embargo, está en medio de un paréntesis a partir del convenio que se firmó con autoridades del Museo Ferroviario Regional Santa Fe, para positivar y digitalizar imágenes que actualmente se encuentran en placas de vidrio, y testimonian el desarrollo de ese sistema de transporte a principios del siglo pasado.
Una vez que se complete el plazo tentativo de seis meses de escaneo y dos años de cicatrización de las imágenes, se contará con tres archivos: uno para la provincia, otro para la Fundación y uno más para el Museo Ferroviario.
Algunas de las imágenes requirieron casi 14 horas de restauración, sobre la base de un registro fotográfico muy interesante.
-¿Se buscan fotos y también objetos?
-Buscamos fotografías que retraten la historia fundacional de cada lugarcito de la cuenca lechera. La mayoría de los pueblos datan de hace 100, 115, 130 años. Son localidades relativamente jóvenes; entonces estamos hablando de materiales que promedian algo más de un siglo.
Esta es la primera parte del trabajo; la segunda tendrá a los historiadores como protagonistas, porque no podemos poner fotografías en el servidor sin una reseña. La intención es generar un libro y para eso se necesitan historiadores e investigadores que completen el trabajo.
La idea es que el material llegue a las comunidades, que revivamos nuestra historia, que sepamos de dónde venimos, que conozcamos de los pioneros que forjaron la Argentina de aquellos años.
Cuando se observan los archivos fotográficos del ferrocarril, se descubre que trajo de la mano el progreso de muchos pueblos e, incluso, hasta la fundación de colonias. Uno ve otra Argentina que estaba en ebullición y que de golpe se detuvo.

Paciencia contra el apuro
-¿Por qué el interés de indagar esta parte de la historia, en la que se mezcla la fundación de las colonias, la inmigración, la economía?
-En lo personal siempre me gustó. Tuve posibilidad de ir a varios congresos en el extranjero, participar de muchas exposiciones y siempre me interesó conocer de nuestras raíces, saber qué se hizo antes, reverenciar aquello que fue de buena ley, comparar.
Me interesa mucho la esencia de las personas que vinieron a apostar a esta tierra. Es muy difícil generar bancos de imágenes y de historia, porque la gente está muy apurada. Pero es importante detenerse a ver qué hicieron aquellas personas para forjar, con otras herramientas, este desarrollo.
En Sunchales teníamos un carpintero que trajo la ingletadora, una máquina que corta madera para pisos de parqué. Esa máquina estuvo trabajando en una de las casas de Napoleón, en Francia. Aquel carpintero era italiano, y trajo su maquinita en un barco. Ahora es una reliquia. Son cosas que hablan de la humildad de aquella gente.

Las otras raíces
Rico nació en Santa Fe, pero hace diez años que vive en Sunchales y se define como "muy comprometido con lo social". Aun con una formación en el campo de la tecnología -y mientras cursa la Licenciatura en Filosofía- admite que "con la fotografía aprendí a ver otras cosas. Tengo investigaciones en el norte sobre pueblos aborígenes, en un trabajo conjunto con antropólogos de Chaco".
En base a estas experiencias, diferentes y enriquecedoras, concluye en que "estoy conociendo las raíces, reconociendo que hay una vida fuera de esta ciudad, como por ejemplo en el norte donde hay mucho sufrimiento y exclusión".> Y se permite reflexionar: "Si nos reconocemos con nuestras miserias, como hijos de esta tierra y dejamos de mirar a Europa como la madre patria, podremos llegar a escribir una historia distinta".

Compromiso con la comunidad
Propiciar el desarrollo
Fundación de la Cuenca nació en la ciudad santafesina de Sunchales con una clara misión: propiciar el desarrollo social a través de actividades que contribuyan a mejorar la calidad de vida, la educación y el crecimiento económico de la comunidad y la región en general.
Si bien ya se habían concretado numerosas acciones sociales dentro de cada una de las empresas que conforman el Grupo Unidos, ahora se enmarcan en este espacio, generado para sumar esfuerzos y alcanzar fines más trascendentes.
Los aportes de numerosas empresas y de sus empleados constituyen las fuentes de financiamiento que sustentan sus múltiples actividades. Así, trabajando a favor de la salud, el medio ambiente, la educación, la cultura y el desarrollo social, concreta su compromiso con la comunidad.
Entre los objetivos figuran: generar lazos solidarios a través de acciones que mejoren la calidad de vida; apoyar el desarrollo de las personas a lo largo de las distintas etapas de la vida y el despliegue del potencial de sus capacidades, a través de la educación y la capacitación; propiciar acciones y programas que incentiven el progreso, el empleo y la producción.

Convenio
Digitalizar imágenes
En junio del año 2006 se firmó un convenio entre Fundación de la Cuenca y el Museo Ferroviario Regional Santa Fe, para la digitalización de fotografías que corresponden al período que va entre los años 1890 y 1920.

Registros
Testimonios fotográficos
El objetivo de este acuerdo es positivar los negativos que actualmente se encuentran en placas de vidrio, pero vedados al público.
Se trata de registros tomados por fotógrafos del ex Ferrocarril Santa Fe, que testimonian, desde el desarrollo de esa actividad económica, la historia de la región.
Obras de construcción, edificios y lugares de Santa Fe y del amplio radio por donde circulaba el ferrocarril se encuentran condensados en unas 3.200 placas que son sometidas a un lento y cuidadoso trabajo de digitalización.

Proyecto
Recuperar el catálogo
Una segunda etapa del proyecto, la más complicada, tendrá como finalidad recuperar el catálogo que documenta la ubicación geográfica y la fecha exacta de las tomas, un registro que se perdió y cuya reconstrucción será parte de una ardua tarea.
textos de Nancy Balza.



RECORRIENDO LA CUENCA EN IMAGENES

“Cada momento histórico presencia el nacimiento de unos particulares modos de expresión artística, que corresponden al carácter político, a las maneras de pensar y a los gustos de la época. El gusto no es una manifestación inexplicable de la naturaleza humana, sino que se forma en función de unas condiciones de vida muy definidas que caracterizan la estructura social en cada etapa de su evolución.”
Gisèle Freund
Los archivos fotográficos
La recuperación, conservación, preservación digital y acceso a los archivos fotográficos ha generado en los ultimos años, una creciente preocupación en el seno de los organismos oficiales y privados de todo el mundo.
Se trata nada menos que de la acumulación de los testimonios, que a partir de la fotografía producen las sociedades en su desarrollo cultural y en general de todas sus actividades.
Desde 1839 la fotografía nos permite preservar en la memoria colectiva, tanto los personajes como los hechos por ellos protagonizados. Es este pues un patrimonio irrenunciable al que desde todo ámbito debe prestársele la debida atención y promover acciones que den como resultado la restauración de miles de imágenes, que recuperadas nos ayuden a comprender mejor el pasado y por que no el presente de nuestras sociedades.
La recuperación de una fotografía es en fin, la recuperación del relato histórico y un deber que nos permite acercarnos con fidelidad a la fisonomía de nuestra gente, sus costumbres y a la evolución, sobre todo del paisaje urbano donde sus vidas han transcurrido.
La Fundación de la Cuenca y el equipo de trabajo constituido por Marcelo Rico, Edgardo Filloy y el grupo de colaboradores, esta capacitado para desarrollar todas las etapas de esta labor.
A fin de promover la difusión del patrimonio cultural fotográfico de la cuenca lechera, es que hoy se ha decidido encarar la conservación, restauración, preservación digital y acceso a los archivos fotográficos históricos de la cuenca, conformada por las localidades de: Aldao, Sunchales, Ataliva, Lehman, Eusebia, Seeber, Ramona, Moisés Ville, Monigotes, Palacios, Humberto Primo, Morteros, Rafaela, San Francisco, Freyre, Porteña, Devoto, San Guillermo, Humbolt, etc.
El esfuerzo encarado por la Fundación de la Cuenca, no solo implica una apuesta fuerte a la cultura, dado que el trabajo se realizará bajo todas las normas internacionales para la conservación, restauración, preservación digital y acceso a los archivos fotográficos históricos de la Cuenca.




FOTOGRAFIA CIENTIFICA: LA MUESTRA “CIENCIA EN FOCO, TECNOLOGIA EN FOCO” EN EL C. C. RECOLETA
El gesto estético de la ciencia
Por Diego Rojas


Sábado, 05 de Mayo de 2007

“La Estrellita”, de Ana María González.


Los vasos comunicantes entre las ciencias y las artes siempre fueron postulados existentes, aunque muchas veces esa conjunción no pasó de superar la categoría de presentimiento, de intuición social. La muestra Ciencia en foco, tecnología en foco –que se inauguró el 2 de mayo en el Centro Cultural Recoleta y permanecerá abierta al público hasta fines de mes– permite comprobar que los científicos, además de sus propias características, tienen algo de poetas y de locos, como supone el imaginario popular o la literatura, desde Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Desde hace algunos años, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica –cariñosamente conocida como “la Agencia”– promueve un concurso que rescata los nexos entre dos modos de conocer el mundo: las investigaciones científicas y el pulso fotográfico. De ese modo, los investigadores que acostumbran maravillarse por las imágenes que cada tanto descubren en sus microscopios tienen la oportunidad de darlas a conocer a un público no especializado, tanto como los fotógrafos que abandonan sus tareas rutinarias para meterse en los laboratorios y buscan el gesto estético de las ciencias.
Una fotografía de María Julia Yañez, “Luna de Silicio”, podría llamar a confusión y sembrar la sospecha de una foto tomada con un telescopio hacia el universo. Pero no. Se trata de la vista panorámica de una esfera de sílica gel, cuya superficie irregular le da un aspecto similar al de la luna (en este caso, una luna anaranjada). Las estrellas que aparecen como fondo son partículas del ambiente que se adhirieron a la cinta utilizada para sostener el silicio. Ana María González decidió retratar una “astroesclereida”, una célula que se encuentra en las hojas de Nymphaea Amazonum, planta flotante de los esteros del Iberá, con el estilo que Louis Vuitton o Dolce&Gabanna retratan sus diseños: elegancia pura, al natural. La llamó “Estrellita”.
La doctora Ruth Ladenheim, responsable de la Agencia, conversó con Futuro sobre los objetivos del concurso, que también son los del organismo. “Queremos difundir y promover la ciencia y la tecnología en la población que no necesariamente esté ligada a estos campos de manera directa. En nuestra época el conocimiento es una base social y económica fundamental para nuestro desarrollo. En ese marco convocamos a fotógrafos y a científicos para que participen del certamen: de esta manera se pudo imprimir una mirada estética al objeto científico de trabajo”, señaló Ladenheim. “Muchas veces sucede que cuando estamos investigando se produce una imagen bajo el microscopio y sólo atinamos a decir: ‘Qué bello esto’, para después compartirlo solamente con los compañeros más cercanos o dejarlo en nuestros recuerdos íntimos. De este modo, podemos compartirlo a un nivel social más amplio”, dijo esperanzada.
¿No le da miedo que los científicos se entusiasmen y abandonen el microscopio y el guardapolvo por la cámara digital?
–No creo (ríe). La fotografía puede ser un complemento natural y no contrapuesto a una actividad en la que con frecuencia nos encontramos con hechos estéticos muy potentes.
El cineasta David Cronenberg estaría encantado con usar la foto de la vaquita de San Antonio –ese bichito tan simpático– que tomaron Rafael Urréjola y Nora Cabrera como modelo para algún monstruo de su próximo film de terror. Y ni qué decir que el artista pop Andy Warhol bailaría el mismo “Sereno Danzar” que propone Vanesa Y. Rawe, quien plasmó espermatozoides de toro intervenidos con la técnica de inmunofluorescencia. De este modo, el ADN se visualiza en la porción de la cabeza en azul y el acrosoma (estructura necesaria para la penetración del óvulo de vaca) se observa en verde. En color rojo se inmunomarcó el flagelo, es decir, la “cola” que le sirve a los espermatozoides para nadar por el tracto genital masculino y luego femenino hasta llegar a las proximidades del óvulo. La toma demuestra que todos comenzamos siendo un “hecho estético”.
Edgardo Filloy formó parte de la pata artística del jurado –junto a los fotógrafos Res y Raúl Santana– de los dos concursos realizados hasta la fecha (la selección de los mejores trabajos de ambos certámenes se exhibe en la Recoleta). Su amplia trayectoria puede ser recorrida en www.edgardofilloy.com.ar. “La iniciativa, principalmente, estimula a la comunidad científica a expresarse a través de la fotografía. Pero el concurso es abierto, el último primer premio lo ganó Rubén Del Punta, un señor de Neuquén que no es un científico. Pero su foto del nacimiento de la libélula Agraulis Vanillae es extraordinaria, capta esa transformación increíble”, aseguró. “Desde mi punto de vista, las imágenes de los microuniversos tienen desarrollos estéticos tanto como los macro universos. El ojo de una mosca o un ensayo sobre unas células tienen contenidos plásticos semejantes a los que cualquier artista desarrolla en su imaginación”, planteó Filloy.
¿No eran conflictivas las decisiones en un jurado que contaba con artistas y con científicos?
–Era un grupo muy heterogéneo y a veces ocurría que las cosas que les interesaban a los científicos, a los fotógrafos no nos interesaban tanto. A veces pasaba algo parecido a que un científico dijera: “Mirá qué hermoso tumor” y nosotros nos mirábamos extrañados. Estoy extrapolando un poco, nadie dijo una cosa así, pero casi casi. Sin embargo, hay obras que impactan, que movilizan estéticamente y eso es lo que ocurrió con las fotografías premiadas. No fue por azar, todas reúnen condiciones de belleza plástica y también connotan la actividad científica.
La muestra señala los valores positivos de la mixtura de disciplinas y propone, como querían los surrealistas, que todos –hasta los científicos de gruesos lentes y barbijo uniformando– hagan arte. Y, también, que todos se maravillen con las posibilidades estéticas de la ciencia y la tecnología.
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La Cuenca Lechera
reportaje a Edgardo Filloy

Fotorevista


Buenos Aires, 30 de julio de 2008
La Fundación de la Cuenca nos lleva a recuperar en la fotografía relatos, costumbres y hechos históricos en la evolución social y cultural. Junto con su equipo de trabajo conformado por los fotógrafos Marcelo Rico, Edgardo Filloy y otros colaboradores están trabajando en la recuperación de los archivos fotográficos históricos de la Cuenca Lechera.
Es un trabajo que se viene realizando desde Enero del año 2006 que en un principio el tiempo acotado era de 30 meses, debido al éxito y con la responsabilidad profesional que se ha ejecutado el mismo, la Fundación de la Cuenca decidió formar el Departamento de Digitalización y Conservación Fotográfica, a partir del cual se extendieron loa alcances del proyecto para seguir incorporando más historia a la historia de la memoria de lo que fue y hacia donde vamos en la parte social cultural y económica a través de la fotografía.
¿Cómo nace este proyecto y como acceden al material?
Nació como un proyecto con La Fundación, la cual nos da todo el apoyo técnico y económico, sino esto sería un largo y lento camino sin tiempo. Todo el resto es un trabajo de hormiga, los museos de las localidades nos aportan mucho material y además nos contactamos con descendientes, historiadores o familias que sin saberlo tienen su archivo particular. Todos colaboran en que podamos realizar la tarea de reconstrucción de la historia captada en las fotografías de la época.
¿La Fundación quién la compone?
Son un grupo de empresas especialmente de Sunchales que en forma silenciosa y poco perfil viene aportando a distintos programas en beneficio de la comunidad y apoya en este caso el recupero de los acervos fotográficos y el avance en la cultura a niveles regionales y nacionales.
¿Qué tipo de fotografía encontraste y desde que año es la más antigua?
Estamos trabajando con fotografías que van desde el siglo diecinueve (1890) y siglo veinte (1920), son aproximadamente 3.200 placas, solamente esa cantidad son del Museo Regional Ferroviario de Santa Fe y hoy día hay miles más de decenas de museos y colecciones, algunas de ellas nos lleva hasta 14 horas de trabajo ya que el mismo es de cicatrización, se restauran puntitos o pedacitos de la emulsión de la imagen sin ningún tipo de alteración, para luego digitalizarlas, es un trabajo de hormiga.
¿Te interesan las raíces, que hacían, como hicieron historia?
Sí, siempre me interesó la esencia de las personas que inmigraron a éstas tierras, que usaban para forjar el futuro que nos traían de su país de origen y como lo empleaban acá, eran gente humilde pero con una capacidad de trabajo inmensa.
¿Marcelo Rico además de prestigioso fotógrafo que otras actividades realiza y como se interesó en este proyecto?
Es una persona con un gran compromiso social, trabaja a favor de la salud, el medio ambiente, comunidades, educación, niñez y sobre todo por la comunidad en general, formamos un buen equipo de trabajo, justamente es él quien me convoca para juntos realizar este trabajo.
¿Cuándo podremos acceder al catálogo?
Es una tarea ardua y lenta ya que se van agregando pueblo y datos, porque en él se incorporará ubicación geográfica, fecha de tomas, etc., por eso no te puedo decir cuando, lo que sí te puedo decir es que será histórico y cultural.
Igualmente te dejo algunas de las obras para que vayas admirando todo este registro fotográfico.




















Comentarios recibidos
• 23/03/2009
Me alegro muchisimo, por todo este trabajo de `hormigas` que estan haciendo. Recuperar el pasado, es algo maravilloso. De lo cual, seguramente, ustedes que tienen el privilegio de hacerlo, se deben sentir orgullosos. Saludos a todos // Sebastián Japas / IP: 190.188.183.161
• 5/08/2008
SÓLO DECIR QUÉ ORGULLO QUE SE INVIERTA EN LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA DE ESE PASADO Y MUCHÍSIMAS FELICITACIONES POR LOS RESULTADOS QUE ESTÁN OBTENIENDO. AGREGO QUE LA CALIDAD DE LAS IMÁGENES RESTAURADAS ES FANTÁSTICA. / Saludos cordiales, Elisabet Ferrari / IP: 201.250.251.190





Recuperan antiguas fotografías: La Cuenca Lechera en Imágenes

Nota en Fotomundo

Fotografías que testimonian el crecimiento y desarrollo de una de las regiones más productivas del país desde fines del siglo XIX hasta avanzado el siglo XX, vienen siendo recuperadas a través de un proyecto que es financiado por la Fundación de la Cuenca. Para ello fue creado el departamento de digitalización y conservación fotográfica.


“El arte desempeña un papel sumamente importante en la esfera cultural. Es un referente de las ideas de una época”. Con esas palabras, se anuncia el amplio proyecto Recorriendo la Cuenca Lechera en Imágenes, concebido y dirigido por Marcelo Daniel Rico y en el que colabora Edgardo Filloy.








A estos dos investigadores, empeñados en la Conservación, Preservación Digital y Acceso de los Archivos Fotográficos de la Cuenca Lechera Argentina, se encuentra
dándole sustento la Fundación de la Cuenca, una organización que viene llevando adelante una actividad continua y destacada en favor de toda esa región.
La idea es recorrer diversas ciudades, contando con el apoyo de sus municipalidades, museos y archivos, para rescatar antiguas fotografías. De esta manera, las ciudades de Sunchales, Aldao, Ataliva, Lehman, Eusebia, Seeber, Ramona, Moisés Ville, Monigotes, Palacios, Humberto Primo, Morteros, Rafaela, San Francisco, Devoto, San Guillermo, Brickman, Humboldt, ubicadas todas en las provincias de Córdoba y Santa Fe, se verían beneficiadas con este proyecto.
El principal objetivo es, por un lado, la recuperación y conservación de los archivos fotográficos mediante su clasificación, limpieza y acondicionamiento que evite o minimice los daños causados por el paso del tiempo y que también son inherentes a la técnica fotográfica y, por otro, su reproducción en soporte digital para abrirlos a la consulta de investigadores, publicaciones, etc. En esta última fase, el Proyecto contempla el retoque digital donde “se restauran puntos o pedacitos de emulsión”.








Marcelo Rico destaca que “los materiales fotográficos procesados presentan una estructura particular conformada por diversos estratos de materiales de origen orgánico e inorgánico, y ante condiciones ambientales se modifican e interactúan de manera diferente. Estas características repercuten en la estabilidad del material, por ello los materiales fotográficos son objetos frágiles y vulnerables”. Agrega que “Hemos acotado la cuenca, que es mucho más grande, por una cuestión de tiempo y presupuesto. Para el material que finalmente llegará a componer el proyecto se prevé la digitalización y cicatrización, es decir, la restauración de las copias sin invadir el contexto”.
Además, están trabajando, gracias a un convenio de colaboración que se firmó con las autoridades del Museo Ferroviario Regional de Santa Fe, en el positivado y digitalización de las placas de vidrio de su archivo, estimadas en unas 3.200 que comprende el período de 1890 a 1920.






A su finalización, “se contará con tres archivos: uno para la provincia, otro para la Fundación y uno más para el Museo Ferroviario”.
De todas maneras, un inconveniente que se ha presentado se relaciona con la necesidad de recuperación del registro original en el cual se documenta la ubicación geográfica y la fecha de realización de las tomas.
Edgardo Filloy suma su experiencia no sólo como fotógrafo —es publicitario y fue asesor de la filial de Agfa en Argentina—, sino también por haber pertenecido al grupo de conservación y preservación digital de fotografías “Memoria Visual”, que integraba junto a María Cristina Morazzani, Martín Gómez Alzaga y Maximiliano Tocco.






En una entrevista que le realizara Ileana Andrea Gómez Gavinoser para El Ángel Caído, Filloy destacó que el proceso implica “la localización de los objetos fotográficos, que pueden pertenecer a museos, municipios, instituciones privadas, colecciones, estudios fotográficos, así como familias”. Después sobreviene la fase del “diagnóstico sobre el estado de los objetos fotográficos y sus características” y la estrategia del costo y tiempo que puede insumir la “limpieza y archivado en medios no ácidos” además de generar las “condiciones ambientales de la guarda” y, finalmente, la digitalización “que evita la manipulación de los originales, así como su catalogación y guardado en un servidor”.
A esto se agrega la “restauración digital de los objetos al solo efecto de remediar la acción del tiempo, los deterioros de manipuleo y los procesos orgánicos que atacan a las fotografías”. No se menciona, empero, la creación de archivos en soporte óptico como, por ejemplo, DVD-ROM, que es lo que actualmente garantiza la preservación y posibilidad de fácil duplicación de los archivos.
Respecto a las metas, Filloy menciona “que no son otros más que resaltar los valores culturales y apoyar solidariamente las acciones que beneficien a la comunidad y muestren a través de la historia, en el caso de los archivos, un testimonio del trabajo de una región del país que es cuna del cooperativismo”.










Comentario de Edgardo Filloy sobre sus fotografías:

Más que comentario sobre mis fotos hablaría un poco de historia.
Mi carrera como fotógrafo abarca un amplio espectro.
Comencé muy joven en 1955 y mis primeros trabajos después de lavar cubetas, revelar y aprender a copiar fueron de reportero gráfico.
La agencia donde trabajaba enviaba notas de personajes o acontecimientos a Europa y USA.
Luego trabajé en la realización de Fotonovelas.
Incursioné en el cine, intenté estudiar ciencias sociales y luego me dedique definitivamente a la fotografía publicitaria hasta el año 2001.

En todo ese tiempo siempre tomé fotos para mí, no muchas pero fui así juntando algún material que para mí es valioso.
Esas fotos me conectan con momentos especiales de mi vida, quizás por eso me resultan importantes.
Si tuviera que decir algo de mis fotos, cosa que me cuesta (ellas hablan por sí mismas), diría que tienen una tendencia minimalista en su búsqueda del sujeto.
Este rasgo esta presente también en mis trabajos comerciales.
Una búsqueda de síntesis y un tratar de trascender la distancia entre mi cámara y lo fotografiado.

Siempre sentí que necesitaba subirme con mi cámara al escenario de los acontecimientos o mezclarme entre las personas.
Participar con mi visión y no ser mero espectador.
Siempre especulé con la idea de que los límites de la fotografía son los límites de la propia consciencia y estos se amplían con la experiencia creativa.

Fui docente, asesor de la desaparecida AgfaPhoto y me he involucrado en toda actividad que tenga que ver con la fotografía.

Hoy día hago fotos para mí.
Y me dedico de lleno al estudio y trabajo en el tema de conservación, preservación digital, catalogación y acceso de archivos fotográficos históricos.


Entrevista a Edgardo Filloy realizada por Ileana Andrea Gómez Gavinoser para El Angel Caído, España:

Durante toda su vida ha abarcado muchos aspectos del quehacer fotográfico, ¿ cuál ha sido el relevante para Ud. ?

Ser fotógrafo, diría, es casi el resultado de muchas cosas.
Como todas las actividades creativas.
Siempre me interesó profundamente la cultura y en especial me apasiona tratar de entender a mis semejantes, sus vidas y su historia.
Todo eso, en la medida de mi capacidad de hacer "inside" de mis vivencias, aparece en mis fotos.
La fotografía finalmente es un instrumento del cual pretendo extraer lo mejor.
Todos los momentos han tenido algo de relevante, pero el más relevante para mí, tal vez ocurra mañana.

Para Ud., ¿cuál ha sido el ámbito y la época de mejor desarrollo para la fotografía en la Argentina?

No creo que haya épocas especiales para la fotografía.
Hay fotógrafos especiales en todas las épocas.

Cuéntenos aspectos de su vida como fotógrafo en el medio argentino

Creo que en la primera pregunta esta en parte contestado.
Podría agregar que fui miembro de la Asociación de Fotógrafos Publicitarios de la Argentina desde su inicio.
Que siempre viví con dignidad de mi profesión y que uno de mis hijos es hoy Director de Fotografía en Cine, lo que me permite extender en él, sueños que alguna vez alimenté en mi juventud.

¿ Qué línea fotográfica del pasado o del presente es la que expresa mejor su visión de la fotografía ?

Sólo algunos nombres para recordar, pero es injusto no decir que son muchos más a los que admiro: Tina Modotti, Edward Weston, Walker Evans, Dorothea Lange, Alfred Stieglitz, Paul Strand, Fernando Paillet, Martín Chambi, Christiano Junior, Álvarez Bravo, Annemarie Heinrich, Grete Stern y sigue la lista.
Mas aquí, el casi desconocido y genial colombiano Jorge Silva, Humberto Rivas, Sebastiao Salgado, Richard Avedon, Irving Penn, Daniel Morduchowicz, Pablo Cersósimo, Sergio Guerrero, Javier Etcheverry y sigue la lista.

Todavía estamos debatiendo sobre la fotografía analógica y sobre la fotografía digital, ¿piensa que se trata de dos lenguajes diferentes ?

El lenguaje de la fotografía es uno: pintar con luz.
La evolución tecnológica de los sistemas de captura permite nuevas posibilidades que se agregan a las existentes.
¿Acaso los nuevos pinceles y las nuevas pinturas acrílicas u otros materiales nuevos han cambiado la esencia de la pintura o la escultura?.
Justamente el arte, que es el ámbito donde el hombre expresa cabalmente su libertad, no debe caer en conceptos fundamentalistas y anacrónicos.
¿Por qué no hablar del camino híbrido? No hay debate para mí.
Es una falacia enfrentar desde el punto de vista estético a la fotografía analógica con la digital.

Una de su tareas es la de "archivador fotográfico", ¿cómo realiza este trabajo y qué proyectos tiene al respecto?

¿ "Archivador fotográfico" ? Espero que este concepto sea sólo una simplificación funcional a la pregunta.
Conservación, preservación digital, catalogación y acceso, ese es el propósito.
Una tarea que es necesariamente interdisciplinaria por sus componentes desde físico-químicos, tecnológico-informáticos e historiográficos.
Bueno hemos hablado de eso ya en otra nota.
Proyectos hay muchos, algunos en curso.
Estamos trabajando con un equipo del que formo parte en los archivos del Museo Ferroviario Regional de Santa Fe y los archivos fotográficos de la región llamada "La Cuenca Lechera Argentina", con el patrocinio de la Fundación de la Cuenca, con sede en Sunchales, Provincia de Santa Fe, Argentina.
Se trata en definitiva del rescate de nuestra historia.
A partir de la aparición de la fotografía sabemos como eran las personas en otras épocas, como vestían, como era el paisaje, la arquitectura, su trabajo, que dramas vivieron.
Ese acervo se perdería sin la tarea a la que genéricamente llamamos de conservación.

También nos gustaría que nos hable sobre su labor como teórico de la fotografía.

La apelación me excede. No soy un teórico de la fotografía.
Lo que pienso es el resultado de mis experiencias y lo he expresado en charlas y artículos que están en mi sitio web y mi aporte sólo son algunas pocas ideas.

Por último, le pedimos un pensamiento que exprese sus ideas sobre la fotografía en general

Una fotografía es el instante furtivo, inefable que elige el fotógrafo, detiene un momento de la realidad, de la vida y sin violar su intimidad la universaliza.
Como arte es la evocación del pasado que se hace presente, la fotografía siempre es pasado, esa es su naturaleza y a partir de ella se construye su estética.
Como todo arte ella también es fragmentaria, trasgresora y sus límites sugieren espacios mayores que la contienen y la superan.







Edgardo Filloy y la fotografía histórica de Santa Fe, Argentina

Edgardo Filloy es fotógrafo y conservador de fotografía histórica
Residencia actual: Buenos Aires, Argentina



¿ Cuéntenos, cuál ha sido su trabajo de conservación y preservación digital de fotografías históricas y la historia de estos dos proyectos ?. Fases del trabajo.

Edgardo Filloy En el año 2000 formamos con María Cristina Morazzani, Martín Gómez Alzaga y Maximiliano Tocco el grupo de conservación y preservación digital de fotografías "Memoria Visual".
Este grupo realizó el diagnóstico y elaboró el proyecto de intervención del archivo de un diario centenario que consta de 350.000 objetos fotográficos, además presentó el proyecto de intervención del archivo de foto fija del cine mudo sueco a solicitud del Film Institute de Estocolmo, Suecia.
Es de destacar la influencia en el grupo de María Cristina Morazzani, conservardora de gran prestigio y formada en Rochester en el Image Permenence Institute.

El grupo "Memoria Visual" dejó de operar y Morazzani se radicó en Suecia.

En mi caso tuve oportunidad de intervenir archivos privados y su consecuente preservación digital.
Uno de los más atractivos para mí fue trabajar con parte de un archivo de 2.000 estereotipos en vidrio 6,5 x 13 cm. que datan de los primeros años del siglo XX.

Después de eso y con Marcelo Rico que estuvo en contacto permanente con "Memoria Visual" decidimos formar un equipo de trabajo.
En dirección a lograr los objetivos de esta actividad, gestionó en instituciones de Europa la posibilidad de interesarse por nuestro trabajo.

Rico aparte de la fotografía tiene un profundo interés en las ciencias sociales, es una persona preocupada por la conservación de los acervos y la historia que estos representan.
En su trabajo en Sunchales y en la Provincia de Santa Fe en el área de cultura, viene desarrollando tareas tales como exposiciones fotográficas y otros eventos con el apoyo de La Fundación de la Cuenca.

Así fue como surgió el proyecto recorriendo la cuenca lechera en imágenes.
La realidad es dinámica y mientras nos abocábamos a la organización de ese proyecto que abarca una amplia zona geográfica se presentó la oportunidad de intervenir y rescatar mediante la preservación digital 3.200 placas de vidrio que posee el Museo Ferroviario Regional Santa Fe.

La Fundación de la Cuenca mostró una vez más su sensibilidad e interés por este acervo y de este modo encaramos los dos proyectos en vigencia.

Las fases de esta actividad, vistas desde un criterio de totalidad son las siguientes:

1 - Localización de los objetos fotográficos. Estos pueden pertenecer a Museos, Municipios, Instituciones Privadas, Colecciones Privadas, Colecciones familiares, Estudios Fotográficos históricos, ...
2 - Diagnóstico del estado de los objetos fotográficos y sus características: Daguerrotipos, Ambrotipos, Cianotipos, Colodiones, Albúminas, Negativos en vidrio o flexibles, ...
3 - Estrategia, presupuesto y tiempo estimado de realización.
4 - Conservación de los objetos: Limpieza y archivado en medios no ácidos. Condiciones ambientales de la guarda.
5 - Escaneo de los objetos en alta resolución según normas internacionales (esto evita la manipulación de los originales). Catalogación con la incorporación de datos y metadatos, Guardado en servidor. Restauración digital de los objetos al solo efecto de remediar la acción del tiempo, los deterioros de manipuleo y los procesos orgánicos que atacan a las fotografías.
6 - Back Up en baja resolución para usar en sitios Web y en consulta bibliotecaria.
7 - Las imágenes en alta resolución y restauradas pueden utilizarse para libros, fascículos u otras impresiones. En cada caso se decide cuales fases se aplican según los fines perseguidos y las posibilidades tanto físicas como presupuestarias.

¿ En qué consiste su trabajo y quién dirige este proyecto ?

EF Mi trabajo ha sido asesorar el lineamiento del flujo de trabajo según cada proyecto, aconsejar la configuración técnica y capacitar al personal interviniente.
Todo esto con el consecuente seguimiento.
En el caso del Museo Ferroviario, estoy realizando también el trabajo de restauración de todas las fotografías.

La Dirección del proyecto la ejerce Marcelo Rico, quien además de coordinar toda la actividad está permanentemente abocado a la búsqueda y localización de archivos que a veces están a punto de desaparecer.

¿ Cuáles son las metas de este trabajo ?

EF Las metas de este trabajo están directamente vinculadas a los principios que inspiran a la Fundación de la Cuenca.
Que no son otros más que resaltar los valores culturales y apoyar solidariamente las acciones que beneficien a la comunidad y muestren a través de la historia, en el caso de los archivos, un testimonio del trabajo de una región del país que es cuna del cooperativismo.

¿ Podría contarnos algo sobre estas fotografías ?

EF Las fotografías hablan por si mismas.
Y las que mostremos aquí darán la pauta de cómo en los fines del siglo XIX y principios del siglo XX, este ferrocarril hecho por empresas francesas es motor de progreso para la región y el pais.

¿ Qué métodos de trabajo utiliza para la restauración de las películas y de las copias antiguas ?

EF En el tema de las películas y las copias sólo se puede pensar en su restauración después de su digitalización.
El método es usar programas de manipulación de imágenes y corregir los daños eventuales sin modificar en absoluto la imagen original.
A las placas altamente deterioradas físicamente por quebraduras le hemos aplicado un respaldo de vidrio como soporte para su mejor preservación.

¿ Qué significado histórico tienen estas fotografías y en dónde han sido encontradas ?

EF El significado histórico es evidente.
Nuestro país, luego de la generación del 80 encara la idea de un proyecto nacional.
El Ferrocarril es sin duda un ejemplo especial puesto que sería en esos años el principal transporte de la producción hacia los puertos de exportación.
Además el transporte de personas como factor de integración del territorio.
Las fotografías en este caso fueron halladas en el Museo Ferroviario Regional de Santa Fe.
Hay pueblos que han existido gracias al ferrocarril, muchos ubicados en el norte Santafecino.

¿ Quién es el depositario de este material que constituye un patrimonio importante del país ?

EF El material original, las placas de vidrio, quedan en poder del Museo Ferroviario Regional de Santa Fe al que la Fundación de la Cuenca le ha proporcionado las facilidades para que ellos también puedan difundir este material preservado en tecnologías informáticas.
La Fundación de la Cuenca lo hará a su vez dentro de su amplio programa de Fondos Fotográficos Históricos.

Por último, ¿ qué quisiera agregar sobre estos dos importantes trabajos ?

EF Solo decir que los que estamos involucrados en ellos sentimos una inmensa satisfacción por poder trabajar en esta actividad en la que una institución privada como la Fundación de la Cuenca encara un proyecto pionero en el país.
Teniendo en cuenta que sólo organismos oficiales lo hacen y muchas veces sin los recursos necesarios.

(Entrevista realizada por Ileana Andrea Gómez Gavinoser para El Angel Caído, España)





Fotos del Archivo del Museo Ferroviario Regional Santa Fe



Giclée Art Print, un método de impresión para copias de arte

Nota publicada en la Revista Fotomundo






Decenas de museos, galerías, coleccionistas y editoriales de arte alrededor del mundo, exponen, comercializan, atesoran y difunden ediciones limitadas de obra fotográfica, tanto color como blanco y negro, impresas con la tecnología inkjet de alta calidad conocida como Giclée Fine Art o Iris Print. Cada día gana más adeptos.
Este nuevo método de impresión de copias emplea la tecnología de las impresoras de chorro de tinta pero, a diferencia de ésta, supone un manejo más complicado que se basa tanto en el tipo de impresora y su cabezal, el software, calidad de las tintas y tipo de papel de impresión –que debe ser libre de ácido y con propiedades museológicas–, además de la habilidad del operador en el ajuste y corrección de todos los parámetros de la imagen.

Un poco de historia
En 1989, el celebrado músico norteamericano Graham Nash, de Venice Beach, California, comenzó a experimentar con impresoras inkjet para realizar copias de arte de sus fotografías en blanco y negro, utilizando para ello una impresora Iris 3047. Los resultados fueron al comienzo desalentadores. Su socio, R. Mac Holbert, le hizo algunas modificaciones a la impresora, incluyendo el software y, luego de varias pruebas llegó a producir las primeras copias little squirt (pequeños chorros) como el propio Graham las denominó.
La Iris Graphic tomó la idea y comenzó la producción de toda una serie de costosas impresoras inkjet, cuyas copias las denominó Giclée, palabra francesa que significa pulverizar un líquido, que puede resultar muy familiar a los conocedores de mecánica, puesto que define a la pequeña pieza del carburador que pulveriza la nafta (chiclé, en castellano). Lo cierto es que en poco tiempo, el término se convirtió en sinónimo de fine print con impresión inkjet.
Jon Cone de Cone Editions Press, Ltd., de Vermont, fue el primero en realizar tiradas limitadas de un número importante de autores, entre los que se encuentran artistas de la talla de Richard Avedon, Kiki Smith, Robert Rauschenberg, Gordon Parks y Helena Chapellín Wilson. La técnica es empleada también por los fotógrafos William Wegman, Harry Callahan, Joel Meyerowitz, y Lee Friedlander, entre muchos otros.
La mayor retrospectiva de Gordon Parks organizada por la Corcoran Gallery of Art, de Washington, estuvo precisamente integrada por 200 copias inkjet, como también lo estuvieron la exposición que realizó en 1997 Robert Rauschenberg en la Guggenheim de New York . El Museo Nacional de Fotografía, Cine y TV de Bradford, Inglaterra, utilizó copias Iris para la obra de Lewis Carroll, organizada al cumplirse el centenario de su fallecimiento, y que fue presentada en Argentina por el British Council (ver Fotomundo Nº 374 de junio de 1999).
En la actualidad, tanto galerías como artistas y fotógrafos ofrecen este tipo de impresiones, de la misma manera como antes se recurría al grabado litográfico o a la serigrafía. La International Association of Fine Art Digital Printmakers (IAFADP) y la Giclée Printer Association, verifican que se cumplan las normas de calidad. En 1999 habían en todo el mundo 200 de esos laboratorios, el 90% de los cuales estaba en los Estados Unidos.
La discusión se ha planteado en torno a si este tipo de copia se puede considerar como un original de arte o como una reproducción para ediciones limitadas. Muchos galeristas y autores entienden que una obra original puede ser creada en una gran variedad de soportes y que por lo tanto uno de los métodos está dado por las ventajas de la salida digital, mientras que la “reproducción se refiere a la copia del original”. En ese sentido, la diferencia entre una copia sobre material sensible o en salida digital es subjetiva y depende de la elección del autor.
La tecnología Iris
El proceso parte de una imagen digitalizada a muy alta resolución, de tal manera que proporcione cerca de 1800 dpi visuales en el formato de salida, para lo cual se debe emplear naturalmente un escáner también de elevadas prestaciones, perfectamente calibrado, lo mismo que el monitor, en particular si se trabaja en color. El autor de la obra –o el operador de la computadora– procede entonces a realizar los ajustes y correcciones para finalmente guardar el archivo en un Photo CD-ROM o en cualquier otro sistema de de alta capacidad. Las imágenes deben ser escaneadas a 300 ppi en formato de salida, así que una copia de 75 x 100 cm ocupa 432 Megabites.
La impresora utiliza tintas especiales de altísima calidad CMYK (cyan, magenta, amarillo –yellow– y negro –black–), que son pulverizadas en gotas microscópicas por un capilar que tiene el grosor de un cabello, a razón de más de 4 millones por segundo. En el caso de la Iris, el papel va montado en un cilindro que gira a una velocidad de 250 a 375 cm por segundo, tardando aproximadamente una hora para hacer una impresión de 80 x 110 cm. A simple vista el trazo de la impresión no se aprecia.
Una cuestión de gran importancia es su longevidad. El laboratorio Wilhelm Imaging Research de investigación sobre permanencia de las imágenes, en Iowa, desde 1976 viene realizando ensayos tanto sobre soportes tradicionales como actualmente lo hace también en salidas digitales. Su presidente, Henry Wilhelm, destaca que “cuando se imprime con tintas especiales en papel Archival, las copias Iris durarán por muchas décadas”.
Los ensayos demostrarían que la expectativa de permanencia de la imagen en color es de casi 40 años, y de 80 años para el blanco y negro. Eso es sustancialmente inferior comparativamente a la de las fotos en papel color, que oscilan entre los 60 y los 120 años según los diversos tipos de papeles archival de las principales compañías.
La calidad de las tintas y del papel es lo que determina la permanencia de la imagen. El papel para acuarelas (watercolor) Arches Cold Press tiene una expectativa de vida entre 32 y 36 años y la del Somerset Velvet Paper es de 20 a 24 años. Esos datos se obtienen por medio de ensayos que consisten en un envejecimiento prematuro, sometiendo el papel impreso a una fuente de luz filtrada fluorescente y en un ambiente con el 60 al 75% de humedad relativa, basándose en el estándar de condiciones de exhibición de 450 lux durante 12 horas por día. De todos modos, la iluminación en una galería, oficina o casa puede ser diferente. También destacan que los papeles tipo “coating” (cubiertos con una capa protectora) tienen superior duración.
La Iris Graphic, que fue durante años el único proveedor de este tipo de impresora (cuyo modelo Giclée PrintMakerFA es un auténtico “Rolls Royce”), comienza a dejar de estar sola en el mercado. Otros fabricantes tales como CalComp, Epson, Hewlett Packard, EnCad Novajet, Agfa y Kodak ofrecen impresoras de Gran Formato (Large Format) para copias de muy alta resolución.
Algunos especialistas creen que la copia de arte por medios digitales en impresoras a chorro de tinta aún está en su infancia, y que por eso se pueden esperar notables mejoras. Ofrecen una alta calidad de impresión en trabajos de arte que pueden sustituir a las copias en papel de bromuro de plata en muchas aplicaciones. Las posibilidades creativas y el hecho de que todas las copias son idénticas, hace que el “cuarto oscuro digital”, por usar una metáfora, sea ilimitado.
A.B.C.


Daniel Morduchowicz
Es un argentino que desde hace 25 años trabaja en artes visuales en los Estados Unidos. Antes había pertenecido al estudio de fotografía publicitaria de Edgardo Filloy, con quien estableció una estrecha relación de amistad que perdura hasta el presente.
Ha realizado diseños para empresas como Levi’s, Kraf Foods, Pacific Bell, Miller Brewing, y posters para las producciones cinematográficas que están entre las más grandes de los últimos años, tales como “Titanic”, “Independence Day”, “Face Off”, “Crouching Tiger”, “Hidden Dragon” y muchísimas otras.
Su empresa, Cronopios, tiene sede en Hollywood. Morduchowicz realiza también retratos de estrellas del cine y de personalidades de las artes, la política, etc. Fascinado por la aplicación de las modernas tecnologías, sus fotografías se basan en la captura sobre película convencional en color y su posterior digitalización para de esa manera lograr resultados extraordinarios mediante la manipulación. Su estilo es directo y natural, por lo que prefiere trabajar fuera del estudio. Sus copias, finalmente, son impresas con el método Giclée. En la actualidad se encuentra preparando una exhibición que será presentada, probablemente el año próximo, en la fotogalería de Agfa-Gevaert Argentina.
Nota de Redacción: En la actualidad (año 2007), muchas impresoras de chorro de tinta, con el empleo de papeles especiales y de tintas de calidad, proporcionan una calidad comparable y por lo tanto se las considera Giclée Art PrintEste nuevo método de impresión de copias emplea la tecnología de las impresoras de chorro de tinta pero, a diferencia de ésta, supone un manejo más complicado que se basa tanto en el tipo de impresora y su cabezal, el software, calidad de las tintas y tipo de papel de impresión –que debe ser libre de ácido y con propiedades museológicas–, además de la habilidad del operador en el ajuste y corrección de todos los parámetros de la imagen.





Daniel Morduchowicz: Retratos de gente notable y fragmentos

Reportaje publicado en la Revista Fotomundo
Interesado por la aplicación de las modernas tecnologías, sus fotografías se basan en la toma en diapositiva y posterior digitalización para lograr resultados sorprendentes mediante la manipulación. Las copias son Giclée Art Print, que garantizan su permanencia en el tiempo.
¿Cómo empezó tu interés por la fotografía?

Mi viejo era director de la revista "Análisis" y tenía un fotógrafo, Jorge Miller, que le hizo comprar una cámara réflex y un fotómetro. Un día encontré el equipo guardado en un placard. Yo estaba en el Colegio Nacional Buenos Aires y, en ese momento, estaban dando un taller de fotografía. Después, un amigo de mi hermano mayor necesitaba un laboratorio y como no tenía donde ponerlo lo instaló en casa. Pasé una semana entera sin salir del laboratorio aprendiendo y trabajando. La magia de ver las imágenes apareciendo bajo la luz roja me fascinó desde el principio. Así comencé.
Al final me interesé por la fotografía profesional y entré a trabajar, en el estudio de Edgardo Filloy, donde perdí el temor a los dogmas fotográficos y aprendí a trabajar sólo con el resultado final en mente. Ahora nada es sagrado, las cosas son como son.
Luego me fui a los Estados Unidos a estudiar cine. Pero me di cuenta de que el cine no era para mí; es una cosa de equipo y yo soy medio ermitaño, así que cursé durante 3 años en el Brooks Institute of Photography de Santa Barbara. Después volví a Los Angeles y empecé en fotografía comercial.
Estaba haciendo efectos especiales en el laboratorio, así que cuando las computadoras permitieron hacer esto, me zambullí directamente. Esto fue en 1989.
Cuando empecé a dedicarme a la imagen digital, me metí de lleno en la industria del cine e hice afiches para películas muy importantes de los años 90. Pero como la fotografía para ese tipo de trabajo es la parte menos importante, dejé de tomarlas. Muchas veces contratan fotógrafos famosísimos, les pagan una fortuna, y al final no usan las imágenes.
En el mundo de marketing del cine, contrariamente a lo que pasa en publicidad, donde sacan la foto de acuerdo a un concepto, las ideas van surgiendo basado en el material del que se disponga. Así que hay mucho menos planeamiento y los parámetros cambian muy a menudo en la mitad de los largos trabajos. Una vez estaba trabajando en una película de la Paramount. Pasamos semanas terminando el póster y, a último momento, hicieron un muestreo de la película y se dieron cuenta de que el final no le gustaba a nadie y cambiaron el argumento: de un drama pasó a ser una comedia. Tuve que hacer el póster de nuevo en dos días.
¿Seguís trabajando en esto?

Muy de vez en cuando. Un día fui al cine y vi un póster que creí haber hecho yo. Pero no era mío, solamente era casi igual a muchos otros que yo sí había hecho. Los parámetros de la industria hollywoodense incitan mucho a lo seguro, y consecuentemente te obliga a repetir las mismas y gastadas fórmulas. Llegado este punto en mi carrera decidí que era el momento adecuado para cambiar. Y era el momento adecuado por la gran confluencia de conocimientos técnicos y experiencias de vida logrados hasta entonces.
Aunque estaba teniendo mucho éxito, cerré mi compañía y decidí responder a lo que me decía el corazón.
¿Vivís de la fotografía de arte?

Hace un par de años que he dejado toda actividad comercial. Hoy manejo mi obra, aunque estoy buscando un representante. Limito las tiradas generalmente a 50 copias y las que considero más importantes las limito a 25 o 10. Como son series limitadas, cada obra cuesta alrededor de 600 dólares. También hago retratos por encargo, aunque de estos imprimo quizás uno o dos y por lo tanto los cobro bastante más.
¿Cómo empezaste a moverte en el mercado del arte?

Empezás por mostrar tu obra a la gente que quiere verla. Hay mucha política, hay que abrir los ojos y golpear puertas.
Mirá, por ejemplo, Focus on Aids es una exposición de muchísima envergadura de la que se hace una subasta que colecta fondos para ayudar a fotógrafos que tienen SIDA. Se hace cada año y medio y se ha convertido en una de las subastas de fine arts más grandes del mundo. Contacté a la organizadora, que, por casualidad y como había vivido en la Argentina nos llevamos muy bien de entrada. Puso una obra mía en la exposición.
Lo gracioso fue que un día me encontré por la calle con una amiga, que era una de las pocas personas que habían visto la foto que decidí exponer, y me comentó que su vecino la llamó con mucho orgullo para mostrarle algo que había comprado en la subasta de un nuevo fotógrafo que desconocía. Ya sabes como termina la historia, era mi foto. Es una casualidad alucinante porque había 200 fotógrafos en la muestra y muchos muy conocidos.
En tu vida hay mucho de azar: que tu padre tuviera una cámara que no usaba, que alguien fuera a poner un laboratorio en tu casa... Tu obra está marcada por la oportunidad.
Es muy perceptivo lo que decís. Cuando estoy afuera, sacando fotos, tengo los ojos abiertos y oportunamente encuentro cosas que quizás hace seis años no veía. Lo que uno hace en la obra se nutre de todo el resto.
Me hicieron falta 35 años de vivir muchas experiencias para encontrar lo que siento.
La técnica, aunque es fundamental dominarla, no alcanza. Lo importante es lo que haya adentro tuyo y poder expresarse.
¿Cómo se relacionan los retratos con los fragmentos?

Primero y obviamente están relacionados tecnológicamente, ya que todo lo que hago está editado digitalmente.
Pero principalmente, los dos se complementan.
Como los dos procesos son tan diferentes, uno me libera y me permite un descanso intelectual para hacer lo otro. Las dos actividades reflejan una visión humanística del mundo.
En los retratos hay una intención de descubrir elementos comunes entre todos nosotros, en los abstractos, relaciones entre las cosas, pero al mismo tiempo expresar profundas sensaciones de soledad, dicotomías, indecisiones por los caminos a tomar...
Me fascina la capacidad de la fotografía de extraer, en una sesión de cinco minutos, el alma de una persona. De última todos los retratos son autorretratos, ya que muestran lo que yo siento primero y principal, y después una conexión entre el retratado y yo. Si hago bien mi trabajo, lo que muestro refleja algo que toca a todos y por eso es interesante.
En los abstractos, muchos son dípticos, muestro cosas que están relacionadas estéticamente, y la gran mayoría son de objetos muy sencillos, aunque están llenos de texturas y detalles no visibles a primera vista que a través de la composición y las líneas elegidas te invitan a recorrerlos y extraer significados más profundos.
Aunque muchos no son verdaderamente abstractos, ya que el objeto es identificable, son generalmente expresión de algo muy interno y no un intento de reportaje. Lo mismo con los retratos.
¿Es como sentirse parte de un todo?

De una cierta manera, al mostrar relaciones entre cosas dispares, se puede inferir que todo está relacionado - la base de la ecología.
Y en ese sentido mis fotos son políticas. Quisiera contribuir a que aceptemos las limitaciones del ser y la sociedad humana, de vivir más dentro de nuestros propios medios.
¿De qué manera elegís a tus modelos?

Casi no tengo retratos de gente común, los pienso hacer más adelante. Por el momento me intereso por la gente célebre o notable, como una especie de reseña histórica de puntos de vista en el mundo actual, gente que ha tenido mucha influencia desde el punto de vista político, económico o cultural, y muchos son gente que se ha jugado el pescuezo con acciones que considero heroicas.
Por ejemplo, Bugliosi, el fiscal del caso Manson, escribió un libro sobre la elección del 2000 en los EE.UU en el que sostiene que a los jueces de la Corte Suprema no solamente hay que echarlos sino meterlos presos porque sus acciones en concederle la presidencia a Bush fueron criminales. Aquí no opino sobre si lo que dijo es correcto o no, pero me interesó porque como abogado se jugó su carrera, tuvo mucho coraje. De hecho estaba todo el tiempo en televisión y después de este libro no lo llama nadie.
Otro tipo es Bob Filner, el único congresista blanco que se paró junto a los congresistas negros cuando contaron los votos del colegio electoral en Washington, en protesta de la elección. Ahora es un paria en el Congreso. No es su postura política sino el coraje de hacer lo que creía que había que hacer lo que me interesa.
Otro ejemplo es Baltasar Garzón y lo que hizo con Augusto Pinochet.
¿Con tus retratos, como con tus fragmentos, elegís de todo lo que hay un pedacito que tiene algo de destacable?

Si y por eso son las dos caras de una misma moneda. El fotógrafo siempre va a reflejar lo que piensa.
¿La obra es siempre un autorretrato, uno no puede hablar de otra cosa que no sea de uno mismo?

En el fondo es verdad. Muchos grandes cineastas o pintores hablan de sí mismos. Woody Allen, Federico Fellini, tratan cosas más o menos autobiográficas, adornadas, pero como son gente realmente profunda, lo que hacen forma parte del inconsciente colectivo.
¿Cómo es tu aproximación a un modelo?

Cada caso es diferente. A veces llego por medio de un amigo en común, a veces lo conozco, otras lo busco. Después, la toma no lleva más que cinco minutos, generalmente, la hago en la localidad que les convenga a ellos... llevo mi equipo portátil y establezco un estudio donde sea necesario.
¿Qué participación tienen en el retrato? ¿Cuánto les indicás?

A la mayoría les doy muchas indicaciones, los poso bastante, piensan en lo que les estoy diciendo y se olvidan de la presencia de la cámara, y al final me dejan ver quienes son. Eso es la técnica.
¿Y una vez resulta la toma?

Generalmente les saco dos o tres rollos, en 6x7 cm, transparencias. Siempre hay una foto, dos como máximo, que te dicen exactamente quien es la persona y ésa es la que hay que usar. Después la escaneo y la empiezo a trabajar, es un proceso intelectual y emocional. Muchas veces las cosas ocurren muy fácilmente y otras hay que trabajarlas más.
Después las imprimo en una impresora de alta resolución utilizando tintas pigmentadas para que sea permanente, supuestamente 200 años.
Hasta hace cinco años atrás estas cosas no eran factibles, no había tintas que aseguraran la permanencia. No me llamaba la atención hacer una obra de arte que en 10 años desaparecería, a menos que estuviera encerrada en una cámara restringida.
Uso soporte de tela, diseñado para fotografía digital, que tiene una capa que permite que las tintas se vean saturadas, sino absorberían mucho y quedaría demasiado opaco. Los abstractos son en papeles de agua. Próximamente voy a hacerlos sobre tela.
¿Los abstractos tienen el mismo trabajo digital que los retratos?

Muchísimo menos. Los retratos en general son sacados contra un fondo gris y después cambiados, compuestos, para poner algo que complemente a la persona. Esto me permite trabajar rapidísimo, y fácilmente, sin pensar que sucede con el fondo
Con los abstractos es todo lo contrario. Salgo sin ninguna idea, abierto a lo que encuentre y termina sucediendo lo que dice Jackson Pollock, estás pintando paisajes internos que no tienen nada que ver con la realidad externa. Por eso me molesta cuando la gente me pregunta, "qué es?". Es un paisaje interno.
Pero el referente de la realidad que te da la fotografía es importante, sino podrías pintar...
Sí, pero al ser una parte de realidad tan recortada pierde su importancia, como te digo, mi obra no es reportaje. La metodología siempre termina incorporándose al resultado. Por otro lado, esto lleva mucho menos tiempo y por lo tanto se puede hacer mucha más obra.
¿Encontrás placer en sacar fotos?

Hacer fotos es en este momento una necesidad emocional. Cuando paso demasiado tiempo sin crear es como si me faltara el aire. Es liberador. Pero quizás la parte más creativa de mi proceso es cuando estoy trabajando con la computadora y por eso la disfruto más . Si te muestro los originales antes de procesarlos con la computadora, no tienen tanto interés como el que logro después.
Los abstractos, aunque no están armados, están modificados destacando algunas cosas y disminuyendo otras. Muchas veces hago mi propia iluminación en la computadora.
¿Sentís que el medio fotográfico tiene un límite?

Me siento totalmente libre. Tengo la gran suerte de haber sido un pionero en la parte de la computadora y entenderlo completamente bien, me siento muy cómodo. Creo que un pincel tampoco tiene un límite. Todo proviene de lo que tengas adentro, ese es el límite.