Textos de Opinión e Interés General

CARTAS A UN AMIGO ESPAÑOL


Publicadas en la Sección del Diario:
Testimonios de la Argentina:
“El Pais” de España


Edgardo Filloy

Estas cartas fueron escritas en un momento muy especial por el que pasaba el país. Algunos conceptos no pierden vigencia sin embargo hay circunstancias que han sido superadas por la historia del devenir político reciente en el país. Este era mi estado de ánimo en el fatídico 2002.
Tiempo después de escribir estos textos leí en la Introducción del Libro Imperio, de Michael Hardt y Antonio Negri, esta cita de William Morris. Me gustaría repetirla.


"Los hombres luchan y pierden la batalla, aquello por lo que pelearon se consigue, a pesar de la derrota, y entonces resulta no ser lo que ellos tenían intención de lograr, de modo que otros hombres tienen que luchar para obtener lo mismo que aquellos deseaban, aunque ahora lo llamen de otro modo."
William Morris
Edgardo Filloy Enero 2007




CARTAS A UN AMIGO ESPAÑOL 1

Buenos Aires, Enero 12 de 2002
En estos días difíciles para nosotros los Argentinos siento la necesidad de escribirle. - Es tanto lo que nos une! - Sin embargo, hoy, en ésta época de ganadores y perdedores, algunas cosas nos separan. De eso quiero hablarle.
Quiero tratar de explicarle los sentimientos de mi pueblo frente a fenómenos de orden socioeconómicos y políticos que intentan orientar su destino hacia los suburbios del mundo globalizado, ensayando apelaciones más ofensivas que técnicas, como: “país periférico o emergente”.
Usted dirá que somos responsables y es cierto. Pero Ustedes también. Cuando España transitó el infierno, la gran mayoría de los Argentinos, no se asoció con el demonio. Eso Usted lo sabe. Aquella era una época también trágica. Las noticias provenían de largas y dolientes cartas y hacían que nuestra relación fuera más profunda y no tan efímera como los noticieros de TV de hoy por los que podemos saber que Usted está preocupado por sus acciones en las empresas que sus dirigentes han "comprado" en nuestro país.
Me asombra que a Usted no le preocupen las personas. Me asombra que Usted, que conoce el hambre y que sabe cuanto nos dolió su sufrimiento y como hemos tratado de ayudarlo en el pasado, mande a sus funcionarios a advertirnos y amenazarnos si las cosas no siguen igual para Usted.
Quién diría, hasta Felipe González, el mismo que escribió sobre la masacre de Sabra y Chatila, el líder socialista, haciendo el trabajo sucio de recaudador. Usted sabe cuantos niños mueren por día en mi país por hambre y enfermedades? Usted sabe cuantos campesinos no pueden comercializar su trabajo por los subsidios que su país otorga a sus productos y que por aquello del libre mercado llegan aquí a precio vil? Se ha preguntado, cuanto paga un Argentino una llamada telefónica, el gas, el petróleo?
Si, es cierto, ha sido nuestra responsabilidad. También la de Ustedes. Demasiada voracidad. Ustedes pactaron con la corrupción y la delincuencia. Tienen nuestro petróleo, nuestras comunicaciones, nuestro gas, nuestras compañías aéreas, nuestras autopistas, etc, etc. Ahora también tienen nuestro infierno. Nosotros somos un pueblo joven, muchas veces engañado, maltratado.
Cuantos Pizarro más tendremos que soportar? Pero créame, saldremos de esto y lo haremos por el camino de la dignidad. Una dignidad que nos viene de Unamuno, de León Felipe, de Miguel Hernández y de muchos otros españoles que tanto identificó nuestra amistad en el pasado. Cuando nos pongamos de pie, nuestra amistad no será ya la misma, "nosotros los de entonces ya no somos los mismos".
En estos últimos años hemos aprendido muy rápidamente a reconocer a nuestros amigos y a los que no lo son y nuestra historia reciente nos compromete con la memoria. Decía Albert Camus en sus cartas a un amigo alemán "yo amo a mi país en la mejor imagen que tengo de él", podría repetirlo para el mío.
Esta carta está escrita con dolor. Dolor por mí y por Usted. Dolor por que hemos perdido la posibilidad de mirarnos a los ojos y entendernos. Hasta siempre.

Edgardo






CARTAS A UN AMIGO ESPAÑOL 2

Buenos Aires. 18 de enero de 2002
Creí que Usted no iba a responder. De hecho no lo ha hecho directamente, pero puedo advertir lo que piensa por las opiniones que con admirable constancia nos hace llegar día a día. Y es justamente sobre una de esas que quiero hablarle.
"Los argentinos deben respetar las reglas del juego" ha dicho Usted.
Cuales reglas ? Veamos algunas a las cuales Usted se refiere. El Plan de Cuatro Pasos del Banco Mundial, según J. Stieglitz Premio Nobel de Economía, donde después de ser analizada la economía del país se aplica comenzando por,
1º. Paso: La privatización, mediante el soborno de los líderes nacionales, de las empresas de electricidad, agua, petróleo y comunicaciones. Contracción de la producción industrial, depresión, desocupación y hambruna.
2º. Paso: Liberalización del mercado de capitales, desregulación que permite que la inversión entre y salga libremente, simplemente siempre sale. Tasas de interés más altas es la recomendación del FMI. Las arcas de los estados se vacían. Entra dinero en efectivo para la especulación, la moneda local se desvanece y las reservas de un país se agotan en cuestión de días.
3º. Paso: El FMI recomienda Precios Basados en el Mercado, una forma de subir los precios de los servicios y los alimentos. Esto necesariamente trae disturbios (leasé balas, gas lacrimógeno, etc.) , la nación entra en caída y desgracia y el FMI aprovecha para exprimir hasta la última gota de sangre.
4º. Paso: El FMI y el Banco Mundial aplican la "estrategia de reducción de la pobreza" el Libre Comercio a través de las reglas de la OMC y el Banco Mundial.
Usted forma parte de estas organizaciones, comparte sus ideas, sabe a que me refiero. La deuda debería ser pagada por quien la contrajo, no fue el pueblo el que pidió prestado. Los Generales, los dirigentes políticos y los bancos deben pagar la deuda que desde 1976 con la aplicación de políticas neoliberales no votadas por el pueblo, las contrajeron. Las mayorías no tienen ninguna deuda externa contraída, no deben pagar nada. Esto es un hecho. ¿Quién se hace cargo de la Argentina?
Un extenso artículo de M. Varsavsky, J Valdano y Felipe González., se dedica como otros tantos a enumerar los síntomas. De las causas no se habla. Es que para hablar de las causas es necesario comprometerse ideológicamente, imaginar desde los valores, un modelo de sociedad que no es justamente éste.
La Argentina sufre una crisis que tiene implicancias regionales y causas de tipo hegemónico en lo económico y político que provienen de los países centrales. "La política es la sombra que el gran capital arroja sobre la sociedad" decía John Dewey y mientras esto sea así "la atenuación de la sombra no cambiaría la sustancia."
Quiero transcribirle, para que me entienda mejor, un texto de R. Terragno que es el final del relato de la historia de un español, Julián Canorea.
"Cuando una sociedad queda prisionera de la intolerancia, la misión de quienes pueden evadirse, como la de quienes quedan atrapados, consiste en impedir que la sinrazón gane la batalla final: la de los espíritus. Esa batalla se libra día a día dentro de cada uno, y en la cual se exponen principios, congruencia y honestidad. Julián Canorea conservó de, por vida, ese arsenal intacto. Cuando el murió, la "España negra" ya había muerto. El no se sentía parte de su liquidación: la obra, decía, era de los españoles que no habían tenido refugio. En cambio el podía exhibir una victoria personal: no habían logrado cambiarlo ni quebrarlo. Y eso, cambiar o quebrar, había sido el objetivo de aquellos a quienes él decidió oponerse cuando en 1922, en Africa, se sintió engranaje de una maquinaria injusta.
Hasta la próxima.

Edgardo




CARTAS A UN AMIGO ESPAÑOL 3

Buenos Aires, 20 de enero de 2002
"Sed realistas, demanden lo imposible". Este era el mensaje de la juventud francesa en mayo del 68. Hoy más que nunca recobra vigencia este apotegma en un mundo que razona por la negación. El pueblo argentino deberá tal vez pensar también en la negación como instrumento para defenderse y tratar de poner las cosas en claro.
Anne Krueger ha llegado a las primeras planas de la prensa. Es subdirectora primera del FMI y ha hablado del problema argentino y en general de la deuda de los países. Recientemente El País ha publicado un articulo suyo. Era de esperar que desde tal cargo se hiciera un análisis político de este problema que aqueja a no pocos países y no simplemente una reflexión contable y de normativa jurídica.
El endeudamiento de los países en vías de desarrollo no es ciertamente el producto de la torpeza, la corrupción de dirigentes o de un destino fatal inevitable. Estas evidencias son ciertas, pero son funcionales a un sistema. Es el producto de políticas claramente diseñadas para la transferencia de recursos desde estos a los países centrales. Este es un problema político. No considerarlo es el núcleo de la negación como método.
Krueger dice "Cuando nos planteamos la posibilidad de un nuevo enfoque, lo primero que hicimos es preguntarnos por qué algunos países esperan tanto tiempo para reestructurar las deudas insostenibles. La resistencia a enfrentarse a conflictos económicos y políticos es evidentemente parte de la respuesta, y ningún planteamiento nuevo puede ni debe descartarla por completo. Pero también son importantes las barreras logísticas y legales."
El FMI, el Banco Mundial y la OMC son los organismos de aplicación de las políticas económicas en el mundo globalizado. Vale recordar que el 51 % del Banco Mundial pertenece al Tesoro de los Estados Unidos. Aquí comienza la negación o el cinismo. "…nos preguntamos porque algunos países…." Realmente no lo saben. Deberían leer a J. Stieglitz, premio Nobel de Economía y funcionario del Banco Mundial despedido en 1999 por sus opiniones. Ver "Los Cuatro Pasos al Infierno del FMI" en El Observador de Londres, Abril de 2001.
Como toda respuesta el FMI dijo que el premio Nobel era un chismoso. Gran trabajo el de la posmodernidad para ayudar a engañar a la gente. Autonomía económica, autonomía simbólica como promesa y pérdida de identidad como resultado. Fin del relato, fin de la cultura, fin de la Historia, nacimiento del Imperio. "Prestarás a muchos pueblos y no tendrás que tomar prestado de nadie; dominarás muchas naciones y ellas no te dominarán a ti" bendición de Dios al pueblo de Moisés.
¿Porqué le escribo todo esto, amigo español? Porque Ustedes siguen en la lista, no crean que están del otro lado. Antón Costas ha escrito un interesante artículo al respecto en este diario el 10-01-2002, así se empieza. Recuerda a Bertold Brecht "hoy vinieron por mi y no sé porque" Desde nuestra negación, desde nuestro pedido de lo imposible recrearemos nuestras esperanzas.
Ojalá Usted nos acompañe.

Edgardo




CARTAS A UN AMIGO ESPAÑOL 4

Buenos Aires, 22 de enero de 2002.
Quiero despedirme de Usted. Tal vez volvamos a encontrarnos. Tal vez no. Pero después de todo lo que le he dicho en las anteriores cartas, siento la necesidad de acercarme a Usted con afecto, Quiero contarle algo íntimo de nosotros y tratar, por fin, de que nos comprenda. Reciba por favor mi confidencia.
En un viaje por las provincias argentinas, donde convergen muchas veces distintas culturas nativas y foráneas, se puede percibir esa suerte de realismo mágico que caracteriza a toda América Latina. La gente y el paisaje está lleno de metáforas, de sabiduría silenciosa. Cómo no recordar a Macondo y los Cien Años de Soledad de García Márquez.
Allí en ese paisaje cada tanto se filtra un gringo, sobre todo cuando su expresión es universal, profunda y simple. "Tener que renunciar a una realidad no es nada, lo realmente triste es tener que renunciar a un sueño" Herbert Read. Esta frase la leí en un muro de la Peña El Fogón de los Arrieros, en la ciudad de Resistencia , Provincia de Chaco. Que paradoja. Resistencia y sueño.
No conozco otra perspectiva que la humana y por lo tanto creo que los sueños son la contracara de la realidad, pero como visión humana se informan de la realidad. Son lo no dado pero posible . Lo deseado. La Utopía. "La Revolución es un sueño eterno" novela donde Andrés Rivera evoca la independencia y la fundación de nuestra patria, refleja nuestras grandezas y nuestras miserias pasadas.
La decadencia y la crisis argentina actual, después de una larga borrachera de globalización, mercado y primer mundo de segunda categoría, nos remite hoy a los argentinos a los sueños. Los de Moreno, Castelli, Belgrano. Y a los nuestros de hoy. A los que en nuestras idas y venidas permitieron surgir, a los Premio Nobel: Saavedra Lamas, Houssey, Leloir, Milstein, Pérez Esquivel. A nuestros Borges y Sábato. Y tantos otros.
Estos no son una imagen falsa, son por el contrario una permanente creación de hechos, formas y relaciones que instituyen una distinta realidad, que no será idéntica a la de los sueños y que generará nuevos sueños y nuevas creaciones. No se trata solo de resistir sino también de reorganizarlas permanentemente en función de las ideas de libertad y auténtica democracia como objetivo de nuestro destino de sociedad. Tal vez tengamos que comenzar todo de nuevo, tal vez no lo hagamos tan pronto como nuestras necesidades lo exigen. Pero empezaremos por ellas.
En medio de tanta desesperación es necesario recrear la esperanza. Siento que se acaban las palabras. Solo espero el grito de una sociedad, semejante al de una madre que está pariendo. Esta frase de Noam Chomsky representa cabalmente nuestros sentimientos: "Si asumes que no hay esperanza, garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que hay un instinto hacia la libertad, que hay oportunidades para cambiar las cosas, entonces hay una posibilidad de que puedas contribuir a hacer un mundo mejor. Esa es tu alternativa."
Desde Argentina, quiere ser su amigo.

Edgardo


REFLEXIONES DE UN LECTOR DE A PIE

Publicado en www.losbuenosvecinos,com.ar


“Sentimientos” es una nueva sección que refleja las motivaciones de las personas que sienten la necesidad de econtrar un espacio para sus inquietudes,sus observaciones, sus reflexiones íntimas y personales, la actitud frente a los hechos diarios que lo involucran. Inaguramos con algunas ¨reflexiones¨, rodadas en vivo, por el fotografo publicitario, docente, Edgardo Filloy.



En un tiempo no muy lejano me dirigía Yo al Editor Responsable de un gran medio del país. En razón de que al comentarle mi desacuerdo con sus editoriales, en su respuesta consideró que mi opinión resultaba un insulto a los cientos de periodistas que trabajan en ese medio. Siento la necesidad de hacer algunas reflexiones.
Sobre todo porque el resultado de las elecciones del 28 de Junio debiera ser leído correctamente y no de un modo maniqueo como el que parece ser la tendencia de medios y ciertos partidos, que no tienen nada que ver entre si y que solo muestran una vez más la fragmentación propia de la diversidad ideológica o de intereses que representan. Nada es lo mismo por cierto, pero no todo el que ganó acrecentó y no todo el que perdió parece haber perdido tanto. Una vez más el inconsciente colectivo ha hecho su trabajo. Ningún discurso solemne provenga de donde provenga puede cambiar esto.
Este fue mi envío antes del 28 de junio:
Los Medios de masas y la opinión pública
C. W. Mills
La elite del Poder
“El acontecimiento más dramático de la opinión pública norteamericana en los tiempos recientes *(este texto es de 1950), fue la elección presidencial de Harry Truman en 1948. Fue dramático porque era generalmente inesperado; fue una prueba de la voluntad independiente del electorado porque los medios de comunicación en masa estaban en general contra su elección y lo decían continuamente; indicó la imprevisibilidad de la opinión pública porque prácticamente todas las predicciones, científicas y de otro tipo, fallaron ante el acontecimiento.
Las elecciones de 1948 no fueron un acontecimiento aislado. La política norteamericana en las dos últimas décadas ha desplegado consecuentemente el hecho de una prensa predominantemente republicana y el partido demócrata en el poder. Y la tensión y contradicción entre la opinión pública y los medios de masas no solo es válida en cuanto a la votación. También es cierto en cuanto al más amplio movimiento de masas en los Estados Unidos: el movimiento obrero. Los sindicatos, casi siempre atacados por la prensa y la radio, se elevaron de cerca de 3 millones a 15 millones, y desde entonces se han sostenido notablemente.
Ningún comentador del escenario norteamericano puede ser justo si sus comentarios no toman en cuenta esos hechos y, además, si su imagen general de los Estados Unidos y de la opinión pública no le permite explicarlos. Y ninguna visión de la vida pública norteamericana puede ser realista si supone que la opinión pública esta absolutamente controlada y completamente manipulada por los medios de masas. Hay fuerzas que funcionan entre el pueblo, y que son independientes de estos medios de comunicación, que pueden y se manifiestan a veces directamente en contra de las opiniones promulgadas por estos.
El pueblo norteamericano tiene una autonomía de juicio y en muchas cuestiones se forma su propia opinión, sin dirección de ningún centro y sin ninguna autoridad salvo su propia soberanía.”
Y agregaba este texto mío:
El texto que antecede puede parecerle extemporáneo y de poca relación con la actualidad argentina. Sin embargo siempre hay analogías significativas en los textos históricos. Sobre todo cuando provienen de uno de los mas importantes investigadores sociales de mediados del siglo XX y que influyo a toda la sociología moderna.
Todo este comentario y la referencia al texto de marras es con respecto a su Editorial.
La prensa debe ser crítica del poder de turno, no obsecuente, pero tampoco funcional a otros poderes. Parece una ingenuidad decir esto. Pero la percepción social lo advierte y el comportamiento del pueblo en una elección está también influenciado por esa percepción y la fatiga que tal persistencia de mensajes muy poco equilibrados produce.
Una de las percepciones en nuestro contexto de elecciones es que el medio en que Usted expresa, quiero creer, sus opiniones; elude sistemáticamente temas que de una manera manifiesta no son convenientes a ciertos grupos de poder.
La titulación equívoca, la información incompleta y el desprecio por los antecedentes históricos que anteceden muchas veces a acontecimientos comentados, son algunas de las señales claras de los propósitos perseguidos. Y esto se verifica en todos los medios de que dispone el grupo al que pertenece el medio en que Ud. Editorializa. ¿Será por esta metodología comunicacional que no tenemos continuidad en el tiempo como Nación? ¿Será por eso que las políticas de Estado ensayadas por quienes hoy son oposición siempre fracturaron a la sociedad argentina?
EF.
Su respuesta fue la siguiente:
Sr Filloy, gracias por su tiempo y por su correo. Su opinión para mí es muy valiosa. No coincido con Ud. pero, vaya la paradoja, allí está la riqueza del debate. Yo editorializo en el diario Clarín. Allí es donde trabajo desde hace más de 30 años. Le aclaro esto para que no piense que existe un poder sinárquico que maneja todos los hilos y determina qué debemos decir en cada medio. Eso además de ser un error es un insulto para los 600 periodistas que aquí trabajan. Saludos cordiales
Ricardo Kirschbaum
Mi respuesta:
Muchas gracias por su respuesta. Ciertamente el debate proporciona riqueza a las ideas pero creo que este intercambio entre un correo privado y un Editorial esta lejos de serlo. Mi opinión y la suya tienen distinto alcance. Pero está bien, cada uno en su lugar. Periodista y lector.
Mi inquietud no es la de insultar periodistas de ese medio y si mis comentarios le indujeron a pensar eso, me disculpo. No pienso con mala fe. Hace poco tiempo TN puso en aire un programa sobre Alfredo Palacios y obviamente lo anunció en Clarín. En ambos casos se uso una foto de mi autoría del Dr. Palacios, bajada seguramente de mi sitio. Al advertirlo mande un mensaje a ese medio y no aludí al hecho como una apropiación, sino como un error reparable y no económicamente sino desde el punto de vista de los derechos morales de un autor. Nunca recibí respuesta. Nunca me sentí insultado por eso. Felizmente lo pude aclarar en privado con el Sr. Diego Valenzuela quien me explicó que era responsabilidad de la producción. ¿A quien le importa el Derecho de autor y menos en fotografía?
Ya ve Usted que ningún camino es fácil. Para concluir querría expresarle que tengo un criterio crítico con la realidad del país y no estoy alineado con el Gobierno o su procedencia partidaria. Solo tengo claro desde que lugar se debe criticar. Los caminos de la realidad, no ya los del cielo, están cubiertos de espinas, es mejor limpiarlos un poco.
Mis respetos y mi agradecimiento por su atención.
E.F.
Respuesta:
Sr Filloy, lamento que no le hayan contestado. Fue una verdadera grosería que debe ser reparada. Le rogaría que me indique qué día salió el aviso (que seguramente se hizo en la agencia de publicidad de TN) para que intente reparar la falta. Si puedo hacerlo desde el diario, que es mi responsabilidad, lo haré con gusto. Saludos cordiales
Ricardo Kirschbaum
Reflexión: (este texto que sigue no fue enviado y yo había dado por terminado el intercambio de notas. La tremenda grosería ciertamente no fue reparada)
El periodismo y algunas conductas:
La Argentina es un país afecto a las conjuras. A lo largo de la historia los conjuradores terminan rasgándose las vestiduras y homenajeando a quienes denostaron. Algunos ejemplos cercanos son, el bombardeo a Plaza de Mayo, Frondizi, Illia y el mismo Alfonsín. No hay poder sinárquico, ni conjuras? Ver “Elogio de la Traición” de Denis Jeambar y Yves Roucate, Ed. Gedisa. ¿Cual es el rol de la prensa en este contexto?. Un conocido adagio dice “ si tiene plumas, tiene pico de pato, camina como pato: Es pato.
En definitiva se trata de un problema de honor. Y de cómo asumirlo. Se es responsable por comisión o por omisión.
Esto contagia a todos los medios y como decía en su alocución al ocupar su sillón en la Academia de Ciencias Morales y Políticas un prestigioso periodista, refiriéndose a la responsabilidad de los periodistas. Los artículos de opinión se deben firmar y no se redactan en lenguaje condicional. Las noticias no se deben usar y contaminar con opiniones personales o de sector. La noticia no es un discurso de opinión. Un periodista de un noticiero de cable ante el reclamo del entrevistado por el zócalo intencionado, respondió, “ es una interpretación y además nosotros titulamos como queremos”. Se discutía para el entrevistado la ley de Medios Audiovisuales, para el periodista o el canal, la ley K de control de prensa en letra de molde y doble zócalo. Todo esto acompañado de dos diputados opositores que hablaban sobre los dichos del entrevistado, quien dijo finalmente sentirse como Jonas en el vientre de la ballena. La labor informativa no puede ser un círculo vicioso donde la radio lee los diarios que han escrito lo que los últimos noticieros de TV han dicho la noche anterior. Resultando finalmente que lo que salva la noticia es la opinión de Pedro de Palermo o María de Paternal. Inducidos por tanto obstinación y editados por cierto. O como en la TV. que comentar programas lamentables de gran rating proporcionan la temática total de los programas que se emiten. ¿Donde está el honor? Donde está la responsabilidad intelectual? ¿O son valores victorianos pasados de moda?
Y hablando del honor, vale recordar una pequeña o gran historia. Durante el mayo francés del 68 Jean Paul Sartre, en la conclusión de que tenía que asumir el compromiso de una actitud militante, arengaba en las calles a obreros y estudiantes y participaba de las marchas. Esto molestaba evidentemente al poder y el Ministro del Interior de Francia le pregunto al Gral. De Gaulle. ¿Lo ponemos preso? La respuesta del Gral. De Gaulle no se hizo esperar y contestó con esta metáfora. “ Francia no apresa a Voltaire”. El General después de estos sucesos de mayo del 68 tuvo que renunciar. Su honor quedó intacto.
Quizás sea de esos valores que tengamos que discutir, aún en la disidencia. A esto yo quería referirme desde mi atrevido propósito de escribir.
Cito y transcribo como referencia a conductas una parte de un reportaje al escritor Juan Filloy:
–¿Cómo fue el mentado episodio con Sigmund Freud?
–El tenía su residencia en Viena y desde aquí le mandé Op Oloop, pensando que por su temática freudiana le podía interesar. Mi sorpresa fue cuando a los tres o cuatro meses –en aquel tiempo la correspondencia viajaba por vapor - recibí una carta lacónica, que para mí resultó lo suficientemente halagüeña, en la que me decía: "He leído su libro con mucho gusto y apreciado la índole de su tema. Saludos, felicitaciones".
Eso ocurrió antes de que Hitler anunciara la anexión de Austria. Entonces Freud se escabulló porque temía que le pasara lo mismo que a su gran colega Magnus Hirsfeld, el director del Instituto de Sexología de Berlín, a quien la Gestapo le destruyó 250 mil historias clínicas de sus pacientes.
Quemaron el establecimiento, y él no sé qué vicisitudes pasó. Por eso Freud se instaló en Londres. Más tarde, respondiendo a mi congratulación cuando cumplió 80 años, tuve el agrado de recibir otra tarjeta suya. Un periodista de la revista Gente que había ido a hacerme una entrevista, cuando me levanté para ir al baño, en un repeluz me la sustrajo. Es notable el celo por lo propio y el apetito por lo ajeno, y que decir del desparpajo.
Sigo:
En otro orden de cosas y siempre hablando de Medios, he leído que con gran presteza judicial, envidiable para otros casos, el Grupo Clarín ha logrado bajar de la web el blog ¿Qué te pasa Clarín? Medio que confrontaba y criticaba sus publicaciones. Insólito. Si por algo se caracteriza la circulación de blogs y mails hoy día, es por el repertorio de insultos, vocabulario escatológico y todo tipo de epítetos, salidos generalmente de usinas que tienen el resabio destituyente de ciertos grupos sociales del país.
No he visto preocupación en las páginas de los grandes medios. He comprobado si, por Ej. la enjundia de los locutores de noticieros por escandalizar informando de manera capciosa y equivoca. Seguramente cumpliendo con gran vocación directivas emanadas de la superioridad. La obediencia debida y la conservación de la fuente de trabajo son fuertes competidores con la dignidad profesional.
Hemos llegado a un punto tal de decadencia como sociedad en que la realidad con sus dramas y contingencias se ha convertido en un espectáculo y como tal va apareciendo como capítulos conflictivos que responden siempre a intereses, a necesidades corporativas otras, porque no de venta otras pero siempre en un tono amarillo, poco esclarecedoras para el lector y si generadoras de ese fenómeno de angustia y de anomia que hace que las sociedades busquen salidas autoritarias.
No todo está perdido. Aún se pueden leer diarios con contenidos serios, que invitan a pensar y a confrontar con seriedad. También hay una Televisión pública que si bien no es perfecta, permite otra perspectiva. Existe el canal Encuentro, un fenómeno comunicacional digno de resaltar y que permanece escondido en la consideración de medios masivos. La TV. privada se ocupa casi hasta el hastío en chismes y comentar programas lamentables de gran rating proporcionan la temática la casi totalidad de los productos que se emiten. Por todo esto y como en general nos cobija a todos el mismo techo general del país y el particular, al periodista un medio masivo parte de un conflicto serio y peligroso, y a mi el modesto techo de mi domicilio y de la posibilidad de una computadora y mis opiniones de ciudadano de a pie.
Traslado una cita y un artículo que probablemente se conozca, pero por las dudas vale la reiteración.
Estas ideas, que no son obsecuencia con un Gobierno, pasible del juicio ciudadano, pero circulan en ámbitos de pensamiento crítico en nuestra sociedad. creo humildemente que no tomar nota de ellas es una actitud de desden por la inteligencia.
"Para el periodista Adrián Paenza, quien trabajó durante años en las transmisiones de T&C, el gobierno ha hecho “algo impensable en la historia argentina. Con todos sus errores e incluso algunas cosas para avergonzarse, como el Indec, ha puesto en la agenda cotidiana temas como el campo, las Fuerzas Armadas, los derechos humanos, el rol de las privatizaciones, la ciencia y ahora también Clarín y el fútbol. Creo que ni ellos pueden medir la trascendencia de todo esto”.
Por último me parece importante agregar este buen artículo como cierre de estos comentarios
Edgardo Filloy
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¿El fin de la fantochada?
Por Eduardo Aliverti
Es un tema tan complicado, vistos los negocios, personajes, demagogias y pasiones circundantes, que, aun alcanzando cierto equilibrio analítico, muy probablemente uno termine pegado a quienes no quiere.
La rescisión del contrato entre la AFA y Clarín, de acuerdo con las cifras astronómicas en juego según lo que significa el fútbol en este país, es un hecho espectacular. Desde lo operativo y desde lo simbólico. De esa coctelera quedan vertidos el grupo mediático más poderoso que haya habido nunca, en confrontación abierta contra el Gobierno. La entidad que también lucra con la pasión más fuerte de los argentinos.
La batalla ya personal que libran los Kirchner contra el Grupo. El modo en que eso se traduce en toda la información significativa que circula, porque ya casi no hay ni selección noticiosa, ni título ni copete, ni tono locutoril ni cobertura especial, ni opinión ni nada de nada, que no esté regenteado por el clima bélico entre el Gobierno y Clarín y, de ahí para abajo, en cómo se posiciona el resto frente a eso.
Y, claro, las pirañas mayores y menores que ya intentan colocarse en la mejor ubicación para sacar tajada del nuevo escenario. En otras palabras, es incontrastable que estamos ante uno de los episodios políticos más pomposos de los últimos tiempos. A algunos o muchos les cuesta digerir que sea así, en el entendimiento filosófico, digamos, de que todo lo que rodea al fútbol es una variante del opio de los pueblos. Pero, aun cuando se lo considere un juicio respetable, convengamos que resulta definitivamente hippie apenas se lo coteja con que hablar de esto es hacerlo sobre el Poder. Así, a secas y con mayúscula.
Más luego, empecemos por la descripción del problema, del brete, a partir de su conclusión. Lo primero, como bien señaló un colega, es que Grondona lo hizo. Resulta que la fantasía nunca jamás consumada no ya de tocarle las posaderas a Clarín, sino de someterlo directamente a un procedimiento proctológico que afecta –confiesan en voz bajísima desde dentro del Grupo – un tercio de sus ingresos totales, viene a consumarla Grondona. Así es. Señoras y señores: ni Carta Abierta, ni dirigente político alguno, ni la suma de todos los intelectuales y luchadores sociales y colectivos gremiales o profesionales, ni los congresos ni debates ni mesas redondas acerca del papel de la oligopolización periodística en la construcción del sentido común a partir de los intereses corporativos del “partido” de poder más importante de la Argentina.
No, no y no. Lo hizo Julio Grondona. El Padrino. El tipo que les parió un negocio que debió ser inconcebible en cualquier tiempo y lugar. El negociado, qué tanta vuelta, de empezar con cuatro cámaras para transmitir partidos en exclusividad, y terminar codificando el ardor popular a cambio de una escala de dos mangos con cincuenta para la AFA y los clubes; y de la pleitesía que le rindieron y rinden la manga de corruptos enquistados en la inmensa mayoría de esos clubes. ¿Qué hago?, dice uno entonces. ¿Me estampo al lado de estos tipos, de esta cuasi mafia, en canje por la satisfacción de que Clarín quede groggy? ¿O a mi pesar quedo sumado al cinismo de esa derecha execrable que acaba de descubrir la pobreza y el cómo puede ser de su pulular mientras hay plata para el fútbol?
Porque al margen de que lo diga la derecha y dé asco, suena muy feo, cómo que no, que haya tanta energía para arreglar los dramas futbolísticos y no tanta, o poca o ninguna, para corregir los sociales. Suena así, a pesar de que ese negocio fabuloso que es el fútbol no tenga por qué darle pérdida al Estado. Al revés: si la hacen bien sería una fuente de ingresos formidable que podría volcarse, justamente, a la reparación de los horrendos desequilibrios sociales.
Pero suena así. Y además, ¿qué te hacés, vos, Kirchner, si le renovaste la licencia a Clarín para que siga operando su señal, y encima le aprobaste la fusión de Multicanal y Cablevisión para que se monten a la carrera el avestruz del pagar para ver? ¿Qué te hacés?
Pero resulta que, en medio de esta contradicción aparentemente insoluble, uno descubre (es decir, certifica, porque si lo descubriera recién ahora quiere decir que vivió en un pote de crema de leche) que están en contra del quiebre con Clarín toditos los factores de poder, y amanuenses respectivos, representantes de lo peor de los valores sociales.
Ahí están ya no sólo los grandes medios sino también sus periodistas, y los conductores de la radio y de la tevé, que gozaron hasta aquí de este curro despampanante, en forma directa o a través de los negocios del Grupo y los grupos (sería intelectual y técnicamente deshonesto agarrárselas sólo con Clarín). No es un cuestionamiento a que se trabaje de lo que uno es en el lugar donde no se quisiera estar. Es la falta de una frontera respecto de la que decir “bueno, hasta acá, no la cruzo”.
No hablamos de los laburantes que no tienen poder de fuego en la correlación de fuerzas, sino de las ¿estrellas? permanentes o fugaces que ya acumularon bastante como para darse el lujo de decir “esto no”. Ahí están. Cumpliendo al pie de la letra más de lo que les dictan, y en no pocos casos rifando una trayectoria de honestidad progre. Gente que se pasó la vida diciendo una cosa y ahora dice otra. Son ayudados por las barrabasadas del matrimonio. Los dislates en el Indek, el crecimiento sospechosísimo de la fortuna presidencial, las idas y vueltas en la táctica de acumulación de aliados, el engañapichanga del “diálogo” político, tanto más. Pero de ahí a esta imagen de prosternarse ante el patrón mediático con rictus de “oh, sí, mi amo, lo que tú digas”, vaya con la diferencia.
Para redondear, uno concluye en que las condiciones subjetivas son que, mejor, escaparle al estampado con alguno de estos nenes. Pero las objetivas son que se avanza mucho más con lo que se puede que con lo que se desea. Y vamos a ponerlo en primera persona, para que quede bien clara la intención de sostener con el cuero lo que se dice con el pico: si el costo de aparecer despegados de los K es pegarse a los garcas de la Mesa de Enlace, a Torneos Sin Competencias, a Sojilandia, y a poner en el centro de la escena la arrogancia y las carteras de Cristina, conmigo no cuenten.
A propósito del papelón pasado por el ministro De Vido, quien anunció la marcha atrás con los aumentos tarifarios de luz y gas tras haberlos defendido a rajatabla hasta pocas horas antes, algunos recordaron la impardable cita de Groucho Marx: “Mire, estos son mis principios pero si no le gustan tengo otros para ofrecerle”. Está muy bueno. Y estaría mejor si se lo aplica también a varios colegas que en estos días contribuyeron, ojalá que en forma decisiva pero no es nada seguro, a que se caiga por fin la fantochada de que existe el periodismo independiente.

Edgardo Filloy




SLOGAN, ZÓCALOS Y LA DECADENCIA DE LA INFORMACIÓN

Publicado en www.losbuenosvecinos.com.ar


Como todo ciudadano común recibo diariamente uno cúmulo de información, proveniente de medios gráficos, radiales y televisivos, que en su conjunto pretenden vincularme con la realidad o parte de ella.

No vivimos tiempos apacibles por cierto. Tanto en nuestro país como en el mundo se debaten tendencias sociales y políticas vinculadas a la suerte de las sociedades de los países en particular y de la sociedad global.
El conflicto no es novedad, sobre todo a partir del advenimiento de la revolución industrial y sus consecuencias en la estructura social. En el presente con los vertiginosos avances tecnológicos en los medios de comunicación, la profusión de información y sus características satura nuestra capacidad de absorción y limita la posibilidad de análisis.
Diríase que este fenómeno de comunicación de masas puede verse desde varios puntos de vista.
Desde la percepción del ciudadano común. Desde el punto de vista operativo de los medios y desde una visión teórica de los especialistas en ciencias sociales.
El ciudadano común recibe e interpreta los mensajes desde su posición en la sociedad, sus intereses de clase o de sector, sean estos culturales, económicos o políticos. Disociarse de estos parámetros y dar paso a juicios objetivos es una excepción poco frecuente. Sin embargo la calidad de los mensajes produce fenómenos de percepción colectiva en cuanto a la autenticidad de la comunicación y los intereses que esta representa. Un claro sentimiento de fatiga se apodera del público que rechaza la insistente apelación a una realidad angustiante. Es un mecanismo de defensa contra la anomia, contra la sensación de vivir en una sociedad sin capacidad instituyente.
Desde el punto de vista operativo de los medios, estos persiguen en primer término la captación de la mayor cantidad de audiencia. Esto los lleva a construir realidades que presuntamente atraen a la gente, buscar un efecto determinado y finalmente construir poder asociados a los factores económicos que con sus anuncios los sostienen.
La idea sobre los objetivos debería determinar cuales son las responsabilidades de los periodistas o comunicadores. Esas responsabilidades están ligadas en su mayoría, lamentablemente en los grandes grupos, a las ideas y objetivos de sus dueños y no a las intimas convicciones de los profesionales.
Desde el punto de vista del investigador social, se debe asumir que la comunicación social es un proceso complejo y que a partir de él se deben medir las consecuencias.
Consecuencias que inciden en la vida de las personas, en la construcción de su imaginario y en la visión armónica de la sociedad.
La idea recurrente de peligro que los medios transmiten en todos los órdenes de las actividades de la sociedad, (ciertos hechos son reiterados tantas veces en el día que da la sensación que el mismo ha ocurrido más de una vez) es un claro elemento de control de la subjetividad y una remisión al amparo del poder autoritario como factor milagroso de contención de esas ansiedades.
Y naturalmente ese poder, que es en esencia de las grandes corporaciones, esta representado políticamente en la sociedad.
En nuestro país estamos viviendo ese fenómeno. Nuestra sociedad, si bien lleva ya 26 años de democracia, no podemos asumir que esta tenga una vigencia plena pues permanecen en ella las ideas y los propósitos que sostienen grupos con poder y nostalgias del pasado.
En ese contexto, un gobierno surgido de esa misma sociedad contiene contradicciones inevitables. Nada milagroso hace cambiar de un día al otro las categorías morales de una sociedad. Los cambios comienzan cuando un gobierno como el presente y el inmediato anterior fijan rumbos ideológicos y objetivos que producen cambios estructurales en lo que hasta ese momento nos definía como una sociedad básicamente injusta. No todo esta bien, pero es sorprendente y hasta increíble sin enumerarlas que tantas cosas hayan cambiado en un sentido de sociedad más digna.
Ya pasamos por la fuerte experiencia del conflicto agropecuario donde errores, tanto en el gobierno como en algunas organizaciones del sector, impidieron una solución adecuada, que todos aún esperamos.

Allí comienza la incursión de los medios como factores de poder. En representación de los grandes grupos exportadores multinacionales y los latifundistas. También en ese momento comienza un largo proceso de hartazgo y fatiga en la sociedad que va y viene a partir de slogans y zócalos televisivos. Análisis parciales, informaciones dispersas y equívocas y ninguna discusión seria de fondo. Nada que contribuya, solo alimentar la confrontación.
Los primeros síntomas de pérdida de audiencia comienzan a verificarse.
Hoy se está discutiendo en el Parlamento, luego de mucho tiempo de audiencias ciudadanas en todo el país, la nueva Ley de Medios Audiovisuales, que ya cuenta con media sanción en Diputados.
El comportamiento de una parte de la oposición al Gobierno en la Cámara de Diputados es sorprendente porque demuestra que no hubo la menor intención de discutir a fondo el proyecto. Solo han manifestado su oposición, retirándose del recinto y con consignas casi copiadas de los slogans y titulares de los grandes medios que presuntamente serían afectados por la Ley.
La intención es clara. Esta Ley no debe salir. Si el Senado la modifica, porque ahora si la oposición, por estrategia y por el efecto decepcionante de su ausencia en Diputados produjo concurrirá a la sesión plenaria del Senado, con sus modificaciones debe volver a Diputados y para aprobarse tiene que ser con los dos tercios que el oficialismo no reuniría. Es una operación perfectamente pensada para lograr que la Ley vigente fruto de la dictadura no cambie.
Los medios operan en ese sentido con slogans y anuncios publicitarios tremendistas. Cuando entrevistan a alguna persona favorable a la Ley, la invaden con mayoría de personajes en contra y permanentes zócalos en TV., fragmentarios de interpretación generalmente maliciosa.
Cuando esto termine. Salga o no la Ley. El prestigio, la confiabilidad y credibilidad a los medios y a los profesionales que se han prestado a tan poco feliz propósito habrá sufrido un deterioro irreparable. Las grandes empresas multimediaticas seguirán haciendo buenos negocios con o sin Ley. Me pregunto. ¿Quién se hará cargo de la vergüenza?
Tengo la esperanza que el rechazo social a los Slogans impactantes, tendenciosos y vacíos de contenido sea el comienzo de la decadencia de los multimedios que hoy protagonizan tanta basura intelectual. Este tipo de procesos ha sido descripto muy bien por Jorge Fontevecchia en su artículo, “Neustadt, Hadad, ¿Clarín?.(*)
En las presentes circunstancias, con la Ley vigente:
“Las consecuencias se observan en la reducción de las fuentes independientes de medios de comunicación, en la concentración en los mercados de mayor amplitud, en la evitación de los riesgos y en el olvido de los sectores minoritarios o más pobres de la audiencia potencial. Lo efectos de las fuerzas económicas no son azarosos, sino que, por ejemplo, según Murdock y Goldding (1977, pag. 37) su funcionamiento coherente excluye.

aquellas voces que carecen de recursos o poder económico… la lógica de fondo del coste opera sistemáticamente, consolidando la situación de los medios ya establecidos en los principales mercados de los medios de comunicación de masas y excluyendo a aquellos grupos que carecen de la base de capital necesario para introducirse con éxito. Por tanto, las voces que sobreviven pertenecerán en buena medida a quienes es menos probable que critiquen la distribución prevaleciente de la riqueza y del poder. Y al revés, quienes es más probable que pongan en duda estas reparticiones no pueden hacer público su desacuerdo u oposición porque no disponen de los recursos necesarios para comunicarse eficazmente con una gran audiencia.”(**)
Por ahora solo queda esperar y constatar cuan capaces somos de cambiar, aunque sea un poco.
(*) Perfil.com 25/09/2009
(**) Introducción a la teoría de la comunicación de masas. Denis McQuail
Sage Publications - Paidos Comunicación 1983. Pag. 72.


Edgardo Filloy




FRAGMENTACIÓN, JUSTICIA SOCIAL Y UTOPÍA

Publicado en www.losbuenosvecinos,com.ar

La tensión social emergente a mediados del siglo pasado a partir del fenómeno peronista, es el hecho que profundiza la fragmentación en la sociedad argentina. Los tradicionales grupos de poder que hasta entonces operaban con comodidad el escenario político vieron amenazados sus privilegios. Más allá del análisis de los contenidos ideológicos que se incorporan con este acontecimiento al espectro político argentino, lo que es evidente y manifiesto es que recobra nueva vigencia en el país, la lucha de clases. Por Edgardo Filloy

La segunda guerra mundial genera la necesidad de la sustitución de importaciones y ello permite una incipiente industrialización. Esta genera a su vez, en la composición social una ampliación significativa de la clase trabajadora, ahora ya no compuesta por inmigrantes o hijos de ellos, nacidos en el medio urbano. Se incorporan también grandes contingentes provenientes de las provincias en busca de mejor calidad de vida. Este fenómeno no sólo se produce en la Argentina sino que puede decirse da origen a los llamados populismos que se generalizan en varios países de América Latina.
Los grupos tradicionales de sociedades eminentemente agroexportadoras como el nuestro resisten estos cambios, mientras que la incipiente clase de nuevos industriales en muchos casos aspira a pertenecer, a partir de su enriquecimiento, al sector de los terratenientes.

El movimiento obrero logra conquistas largamente formuladas desde el anarquismo, el socialismo y sectores radicalizados en la primera mitad del siglo XX. Estas conquistas sin embargo vienen de la mano del peronismo a partir de 1945.
Aquí un primer rasgo de fragmentación lo protagonizan las izquierdas tradicionales y el peronismo. Esto es fruto de la diferencia entre el trabajo de concientización ideológica de las izquierdas y la adhesión pasional del movimiento peronista basada en mejoras concretas que produce el gobierno de Perón, sin que un análisis ideológico preocupe o esté en el propósito de los dirigentes. Este es el populismo. Un atajo en la construcción de sociedades mas justas que dada su escasa educación no pueden procesar y tomar partido a partir de ideologías que analizaban estos problemas en el siglo XIX.

En un principio la interpretación de este nuevo perfil de las sociedades emergentes fue entendido como continuidad de movimientos políticos europeos que generaron la gran contienda bélica de los años 30. Hoy día los estudiosos sociales se están planteando el populismo como una variable del sistema democrático en países de determinado nivel de desarrollo, educación y formación política.

En este contexto en algunos países como la Argentina el rol de la clase media ha sido muy importante. Nuestro país se ha destacado por el volumen de su clase media y ésta se caracteriza por su cambiante adhesión a distintos sectores políticos a la luz de un pragmatismo vinculado estrictamente a los beneficios económicos que estos puedan brindarle. Así es que no repara en procesos de extranjerización de la economía si esto la beneficia. No tiene un particular apego por los recursos estratégicos que todo país con una política de estado cuida especialmente. Y sus aspiraciones son el ascenso social en términos económicos prescindiendo del contexto social general en que este se produce.

Muy a vuelo de pájaro hemos señalado los factores principales que constituyen algunos de los ingredientes que componen las tensiones y su consecuencia: La Fragmentación Social.

El camino hacia la justicia social plena

Los ciudadanos delegamos nuestro poder en los representantes políticos. Cada quien en aquellos que cree representan sus intereses de clase. Debería estar incluida en esta elección una noción de contexto general de país, de nación integrada. No siempre ocurre.

Es el gobernante o legislador quién desde su ideología no debería perder de vista ese contexto. La representación política sin embargo no constituye la máxima expresión del poder en nuestro país. Las grandes corporaciones, los grupos de poder como multimedios concentrados y representantes de intereses económico financieros internacionales son generadores de opinión y presión sobre las instituciones y sus representantes. El poder político en general tiene menos poder real que estos grupos.
Aún la apelación a tomar como ejemplo a tímidos modelos de países desarrollados en la dirección de una sociedad más justa son sistemáticamente rechazados. La formulación de políticas de Estado que trasciendan el período de un gobierno son de difícil consenso por no decir imposible.

Aún teniendo el ejemplo de Brasil con su contundente continuidad en políticas de Estado, las que perduran a pesar de cambios de gobierno de distinto signo ideológico, en la Argentina, todavía hoy, hay políticos que quieren cambiar la estrategia del estado con cada cambio de gobierno. Hoy escuchamos con una persistencia increíble la defensa, por parte de políticos, economistas y periodistas, vaya a saber por que extraña alquimia, de los modelos neoliberales que fueron la catástrofe en los 90. Las economías globales que desembocaron en la actual gran crisis del sistema financiero internacional y del capitalismo salvaje, en términos que privilegiaron la especulación a la producción, son su consecuencia.

Evidentemente no es con ingenuidad que vamos a interpretar estos hechos. Son tan obvios, que cualquier ciudadano con sentido común puede advertir su mecánica.
Hoy corren vientos progresistas en América Latina. Esta es una oportunidad de políticas de Estado para todos los países de la región, poseedores de materias primas y con proyección hacia un desarrollo propio de sus economías.

La reciente discusión de la Ley de Medios Audiovisuales, como la anterior discusión sobre la Ley de Retenciones Móviles a las exportaciones agrícolas son claros ejemplos de la puja de sectores con poder con las instituciones de la República. Son un claro ejemplo de la fragmentación social antes mencionada.

Decía un colaborador de un gran medio periodístico en un artículo de Opinión. El tratamiento de gran parte del periodismo de estos temas ha sido indigno. De la indignidad no se regresa. La gente lo advierte y será muy difícil para ellos recuperar la credibilidad.

Tener clara conciencia de la responsabilidad de contribuir a constituir un país más justo. Un país solidario. Un país que gobernado aún desde cuadros políticos no todo lo ejemplares que desearíamos, va en una dirección que tiene como objetivo el bienestar general, la independencia y el desarrollo de las propias potencialidades. Que pretende ser incluyente y no fragmentario, debería hacer reflexionar a aquellos que obcecadamente se oponen a todo, pensando solo en sus pequeños objetivos de poder o mezquinas ventajas económicas.

La Utopía

"Los hombres luchan y pierden la batalla, aquello por lo que pelearon se consigue, a pesar de la derrota, y entonces resulta no ser lo que ellos tenían intención de lograr, de modo que otros hombres tienen que luchar para obtener lo mismo que aquellos deseaban, aunque ahora lo llamen de otro modo."
William Morris

A lo largo de la historia la utopía nos remitía a mundos o sociedades ideales. Algunos revolucionarios pensaban en ella como una idea del cambio permanente. Una búsqueda incansable de una condición humana cuyos valores reconocieran en cada individuo la dignidad de su existencia, el derecho a la igualdad y la esperanza de experiencias de felicidad en un mundo mejor.

Algunas utopías eran perfectos manuales de sociedades ideales.
Hoy, a la luz de la experiencia histórica el pensamiento utópico tiene contenidos más existenciales, más contingentes con las realidades que enfrenta.
Ya no se trata de soñar. La utopía es hoy la voluntad de cambio hacia un destino mejor. Esta voluntad se renueva cada vez que algún objetivo se ha logrado. Y una nueva utopía se instala en nuestra lucha por alcanzar nuevos niveles de dignidad y justicia.
América Latina y la Argentina en este caso, se encuentran en un momento especial de la historia. Diríase que a veces, hasta a pesar de sus gobernantes una inercia nos empuja hacia una nueva organización de nuestras sociedades.

Es preciso por lo tanto tratar de que muchos que todavía no comprenden o no creen que otro mundo es posible, entiendan finalmente que aún en la diversidad es posible construir, pero solo con buena fe.

En estos últimos días y posiblemente por un tiempo más en adelante, a partir de la sanción de la Ley de Medios Audiovisuales, arrecien todo tipo de noticias apocalípticas emitidas por aquellos que se sienten perjudicados.
Hay muchos ejemplos en la historia de hombres notables o de simples ciudadanos que ante la prepotencia, ante la desesperanza, respondieron con la integridad y renunciaron a ser parte de una maquinaria injusta. El periodismo debería hacer un examen de conciencia. No para dejar de ser crítico, sino para dejar de mentir por cuenta de terceros.

Para sumarse con su imaginación no solo a la difusión de noticias, sino también a la contribución de un propósito formativo que es su esencia y seguramente contribuirá a una nueva utopía.


Edgardo Filloy